Decía Unamuno en su filosófico libro “Niebla” que “el aburrimiento es el fondo de la vida, y es el que ha inventado los juegos, las distracciones, las novelas y el amor”. Esta obra del máximo exponente de la Generación del 98 aborda profundos temas de la existencia del hombre; y uno de ellos es el aburrimiento. El aburrimiento es como un alto en el camino, como un paréntesis para avituallarte y recuperar la capacidad de atención; es una pausa que nos permite desconectar y recargarnos para podernos activarnos con mas energía, es un reinicio para coger impulso.
¿Recuerdan aquellas tardes de verano interminables cuando éramos niños? Nos mandaban a la siesta despues de comer para que no se hiciesen tan largas; nos encerraban en casa con todo bajado a cal y canto para que no entrara ni una brizna de sol. En el río, en la playa, en la piscina o en el pantano el suplicio era parecido cuando había que esperar esas dos nefastas e inacabables horas antes de poder bañarse otra vez, para evitar que se cortara la digestión. En esos momenos el aburrimiento se ponía a inventar y durante todo ese tiempo que tan lentamente pasaba no poníamos a idear; muchas de nuestras mejores ideas vienen cuando estamos ociosos. Newton descubrió la Ley de la Gravedad y Descartes escribió ‘El discurso del método‘ gracias al aburrimiento. Arquímedes le permitió, sumergido en una bañera, descubrir cómo medir el volumen de un cuerpo irregular y resolver el problema que el rey tirano Hierón II le formuló en relación con la pureza en oro de una corona.
Hemos acostumbrado a nuestros hijos a tener todo el tiempo siempre ocupado, con horarios llenos de actividades, con tareas estructuradas y con pantallas por todos los lados; vamos por las tardes y los fines de semana a la carrera de actividad en actividad, somos los taxistas del ocio de nuestros hijos; eso les impide poder aprender a administrar su tiempo. Aburrirse es bueno para los menores porque se trata de un lienzo en blanco donde poder crear con autonomía. Tenemos que darles la oportunidad de que sean ellos mismos los que decidan en que ocupar parte de su tiempo libre para que aprendan a decidir sobre lo que les place y apasiona; ahí es donde les hacemos autónomos y donde nace su creatividad y las ideas para solucionar problemas. No debemos solucionar su aburrimiento, ni inhibir que sean dueños de su tiempo y responsables de su gestión.
El aburrimiento es una oportunidad para explorar nuestra creatividad; permite a nuestra mente, al no estar ocupada en otras cosas, viajar, vagar y explorar otros caminos, nuevas formas de expresión, nuevas aficiones, nuevas experiencias, nuevas pasiones y talentos que teníamos ocultos. Parece mentira, pero el aburrimiento se convierte en un estimulo para buscar lo diferente y para encontrar soluciones a un problema. El aburrimiento nos permite tener pensamientos sin rumbo fijo, sin ningún foco de atención, es algo así como deambular por la mente. Somos más libres cuando nos aburrimos, más creativos, más amplios a la hora de pensar.
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Y así es como se inventó el pickleball. Todo comenzó cuando una tarde de verano en el año 1965, un grupo de niños, que se encontraban con sus familias en sus casas de verano en Washington, se quejaban de estar aburridos y un padre les propuso el reto de crear su propio deporte. De esta forma tan casual nacía un deporte con un poco de padel, un poco de tenis de mesa, un poco de tenis, otro poco de bádminton y un mucho de palas de playa. ¿Y el nombre?, pues traducido al español “Pickle’s ball” es la pelota de Pickle, Pickle era el perro de uno de estos niños al que le encantaba coger la pelota de plástico y escaparse con ella.
Este deporte viene pisando fuerte y podría poco a poco desbancar al pádel y tenis en unos años gracias a sus altos componentes de diversión, de sencillez y de ser muy heterogéneo y accesible para todas las edades y condiciones; cualquiera puede jugar. Se juega con una pelota de plástico perforada especial, en una pista similar a las de tenis y con las medidas más aproximadas a una pista de bádminton de 6,10 metros por 13,41 metros tanto para partidos individuales como dobles. La altura estándar de la red en una pista de pickleball es de 91 cm en los laterales y 86 cm en el centro, lo que garantiza un juego justo y equilibrado para los jugadores. La línea de saque de pickleball está ubicada en la zona en la que está prohibido volear, a la que se llama «cocina», tal vez por lo calentita que es; en esta zona las reglas pueden parecer complicadas, pero en realidad son bastante simples en la práctica; es la zona en la que no puedes volear pero tienes tu oportunidad y «momento» para pasar y jugar en ella. Se juega habitualmente en dobles pero también se puede jugar de forma individual.
Lo más adictivo de este nuevo deporte es su rápido ritmo y velocidad de juego. Para comenzar a jugar se tiene que sacar la pelota desde abajo, impulsando la pala desde debajo de la cintura hacia arriba sin que la pelota, al lanzarse, rebote en la pista. Se juega generalmente hasta 11 puntos, y el equipo que primero alcance o supere esa puntuación gana. Sin embargo, los jugadores deben ganar por al menos dos puntos de diferencia. La pelota debe botar una vez en cada lado antes de que los jugadores puedan golpearla en el aire. Después del primer rebote, los jugadores pueden volear la pelota (golpearla en el aire) desde cualquier lugar de la cancha, excepto dentro de la Zona de “Cocina”. Las palas de Pickleball son muy ligeras, normalmente son de fibra de carbono y suelen incorporar grafito. Suele tener un peso aproximado que oscila entre 200 y 250 gramos.
Este fin de semana pasado, invitado por los responsables del club “Momentum” de Pickleball en el Casino Club de Campo de Guadalajara, he podido disfrutar de este singular deporte y conocido sus reglas. Les confieso que es muy divertido, y lo mejor del Pickleball es que cualquiera, sin límite de edad y con mínimos conocimientos, puede jugar tras pocos minutos de práctica. No hay barreras. La gente de “Momentum” se han sumado al lanzamiento del Pickleball en Guadalajara con unas instalaciones con tres pistas de primer nivel y con la creación de una futura Escuela de formación y de unos torneos para dar respuesta al creciente interés que está despertando este deporte y a la falta de instalaciones para su práctica. Los precios del alquiler y las inscripciones inicialmente serán promocionales para favorecer que los nuevos aficionados prueben esta especialidad de deporte de raqueta. La zona de Pickleball del Casino Club de Campo de Guadalajara la componen un conjunto de tres pistas de medidas reglamentarias recién instaladas y de máximo nivel, con una superficie especial para la práctica de este deporte. La futura Escuela de Pickleball “Momentum” tendrá monitores que llevan años practicando este deporte e involucrados en el fomento de la práctica y crecimiento del Pickleball en Guadalajara. Ofrecerá clases particulares y de grupo, con muchas opciones de horario entre semana y fines de semana, así como competiciones para alumnos. También ofrecerá pruebas gratis para conocer el deporte y para experimentar las sensaciones de juego, y orientación pedagógica deportiva para la mejora del nivel dentro de su escuela.
Antonio de Miguel Antón. Profesor de Secundaria. Guadalajara
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