Como un personaje de la novela Nosotros, de Zamiatin, yo vengo del futuro. En ese futuro, una dictadura comunista domina y controla a todos los ciudadanos.
Por supuesto que no vengo de las cárceles del comunismo ruso porque nací en la isla de Cuba, pero crecí en un país que copió al dedillo los métodos represivos de Stalin.
Yo, para bien y para mal, soy español y vengo de Cuba, una isla que enfermó bajo las botas militares de Fidel Castro. Una isla que es la hija comunista de Rusia y también la madre de la dictadura que se impuso después en Venezuela.
Por esa razón conozco las primeras señales que anuncian con sutileza el día de mañana, el día de un futuro comunismo.
Por esa misma razón, cuando veo a los ciudadanos españoles que aparentan seguir con una vida normal, con la esperanza de que aquí “en España no pasa nada” (como nos decían los venezolanos cuando los cubanos les alertábamos de que Chávez se proponía imponer una dictadura comunista en Venezuela), miro a mis hijos, a mis amigos, a mis vecinos, y siento compasión por lo que les espera.
La historia, bien lo decía el filósofo Nietzsche, como un círculo o un anillo se repite. Solo que aquí, en España la geografía es diferente (o sea, otra), con una condición económica y social más sólida que en Cuba, estable de cierta manera, bajo una democracia en apariencia madura.
Pero los españoles deben saber que ninguna sociedad, por libre que sea, deja de correr el riesgo de caer un día en manos del comunismo.
El comunismo es un sistema muy astuto, siniestro y criminal, que solo alimenta el odio, la envidia, el hambre y la delación entre hermanos de un mismo país; pero ¡ojo!, dicho sistema no se impone desde el principio con brutalidad. Empieza de una manera muy sutil, e intenta primero controlar el congreso, después la prensa y los jueces, para terminar, por último, revelando su verdadero rostro.
Lo sé, repito, porque yo vengo de ese futuro.
Hoy los españoles vivimos bajo el mandato de un presidente que no para de mentir (el comunismo es, como dice Jesús de Satanás en la Biblia, el padre de la mentira), un presidente rodeado de inmoralidad y corrupción, rodeado también de ministros que le hacen el juego a su “amado líder”, mientras ese mismo presidente cambia de opinión como quien se cambia la camisa o los pantalones.
El Gobierno que hoy dirige España actúa como si una máquina (in)controlada y constante fuera la responsable de todo un entramado sin aparentes consecuencias para el pueblo.
Pero yo, repito, vengo de allí, del comunismo, del día de mañana, de ese futuro siniestro, donde la izquierda es responsable de asesinatos, cárceles y destierros.
Por esa razón el pueblo español debe saber que nos corresponde actuar como seres humanos responsables, con dignidad, o de lo contrario terminaremos como un pueblo amordazado, esclavizado bajo un poder absoluto.
Por esa misma razón el próximo 9 de junio puede ser un gran día para nosotros, los españoles.
No dejemos que el nuevo comunismo florezca en España.
Yo que vengo del futuro les hago un llamado hoy, porque mañana, estoy seguro, será demasiado tarde, y sólo nos quedará refugiarnos en el miedo, la mentira, el sometimiento y el hambre.
El 9 de junio se anunciará una señal importante para Europa y, sobre todo, para España.
Una mitad de mí esperará ese día con las maletas abiertas, pensando tomar la difícil decisión de emigrar de nuevo.
La otra mitad (que es la que espero que triunfe) se quedará en España, se quedará junto a mis hermanos de VOX, luchando con el pueblo español para cambiar, desde el próximo 9 junio, nuestro futuro.
Víctor Morejón, vicepresidente de Vox Guadalajara
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