El Heraldo del Henares
Una gesta para minorías. Solo cinco tenistas españoles han conquistado el Abierto de Estados Unidos a lo largo de sus 143 ediciones de historia. El Grand Slam que cierra la temporada continúa siendo un hueso duro de roer para las raquetas nacionales, que empezaron a adueñarse del torneo a partir de la década de los sesenta. Fue ahí cuando brillaron en este país tenistas de la talla de Santana, Andrés Gimeno o Juan Gisbert, pertenecientes a la primera generación que tuvo cierta relevancia internacional. Desde entonces, sólo una veintena de jugadores ha conseguido meterse en algún momento dentro del top ten a nivel mundial, y apenas pueden contarse con los dedos de una mano aquellos que guardan en sus vitrinas una copa del US Open.
Manolo Santana
Hay que viajar en el tiempo hasta 1965 para encontrar al primer español que logró consagrarse como campeón de la cita estadounidense. Manolo Santana, después de haberlo intentado hasta en un par de ocasiones en las que no superó la segunda ronda, terminó ganando el título ese año a base de drives, globos y dejadas espectaculares que siempre definieron su juego.
En aquella fecha el torneo se disputaba sobre la hierba de Forest Hills, una superficie que no era precisamente la favorita de Santana, más acostumbrado a liderar en tierra batida. Pese a ello, el madrileño fue dejando en el camino a tenistas como Donald Fontana, Marcelo Lara, Jim Osborne, Marty Riessen, Tony Palafox y Arthur Ashe, que en ese momento era la máxima figura local. Firmando esta racha de victorias llegó al desenlace y pasó por encima del sudafricano Cliff Drysdale con un prolongado triunfo de 6-2, 7-9, 7-5 y 6-1.
Manuel Orantes
Tuvieron que pasar diez años para que España volviera a saborear la gloria tenística en Nueva York. Esta vino de la mano de Manuel Orantes en la temporada de 1975, curso en el que el certamen se disputó por vez primera sobre arcilla de color verde. El material de la pista favoreció mucho al granadino, que estaba especializado en ese tipo de juego lento que ofrece a menudo el polvo de ladrillo. El jugador, provisto de un talento magistral para el toque y el revés liftado, fue devorando rondas hasta levantar el trofeo ante Jimmy Connors en una final trepidante.
El norteamericano empezó ganando los dos juegos iniciales, pero el bueno de Orantes aterrizó en el partido con un plan bajo el brazo y no dudó en hacer uso de él. Su combinación de golpes cortados y su insistencia a la hora de bajar la pelota le sirvieron para ponerle freno a las potentes embestidas del rival. El español supo hacerle correr de un lado a otro, lo dominó constantemente al llegar a la red y acabó imponiéndose con tres sets consecutivos: 6-4, 6-3 y 6-3.
Arantxa Sánchez Vicario
En 1994 fue Arantxa Sánchez Vicario la encargada de proclamarse campeona del Abierto de Estados Unidos, convirtiéndose de este modo en la única mujer española que hasta la fecha ha sellado semejante hazaña. La catalana tenía veintidós años cuando pisó en aquella temporada la hierba de Flushing Meadow, donde demostró ser merecedora del título frente a la que venía siendo su verdugo habitual, Steffi Graf, que además era la número uno del mundo. Esta ocupó la posición de favorita en todas las apuestas al Open USA, liderando los pronósticos en la mayoría de las variables existentes.
El encuentro supuso para Sánchez Vicario el broche perfecto de un curso redondo en el que ya había logrado siete competiciones, con Roland Garros incluido. La española superó en la ciudad de los rascacielos, antes de encarar la final, a jugadoras como Linda Ferrando, Nathalie Tauziat, Sandra Cecchini, Ann Grossman, Kimiko Date y Gabriela Sabatini. Luego le llegó el turno a la tenista bávara, que arrancó el duelo dominando y haciéndose con el primer set, hasta que fue víctima de una remontada espectacular. Arantxa se llevó la muerte súbita en la segunda manga, puso la directa y culminó la cita, que duró más de tres horas, con un ajustado 1-6, 7-6(3), 6-4.
Rafael Nadal
Aunque lo ha ganado hasta en cuatro ocasiones, el US Open fue el torneo major que más tardó en incorporarse al palmarés de Rafael Nadal. Tras haberse consolidado como uno de los tenistas más importantes de su época, ofreciendo siempre un juego agresivo y una gran cobertura por toda la pista, el español subió por primera vez a lo más alto del podio neoyorquino en el año 2010.
Después de no haber concedido un sólo set en las eliminatorias previas, tuvo que medirse al incombustible Novak Djokovik, a quién barrió de la final con un largo 6-4, 5-7, 6-4 y 6-2. La victoria le ayudó a convertirse en el número uno del ranking de la ATP. El mallorquín repitió la épica norteamericana en 2013, 2017 y 2019, doblegando de nuevo al jugador serbio, a Kevin Anderson y a Daniil Medvedev respectivamente.
Carlos Alcaraz
El último en aparecer dentro de este grupo tan distinguido es el jovencísimo Carlos Alcaraz. Inició su andadura en el cuadro principal del Abierto estadounidense en agosto de 2021, pero unos problemas físicos en el cuádriceps y el bajo abdomen le obligaron a retirarse mientras disputaba los cuartos de final contra Félix Auger-Aliassime.
La gloria en esas latitudes no le llegó hasta la campaña siguiente. Completó las tres rondas iniciales del torneo sin impedimento alguno, pero las eliminatorias se fueron volviendo tan exigentes que en octavos, cuartos y semis tuvo que lidiar hasta los cinco sets para librarse de sus rivales. En el último choque se topó con Casper Ruud, a quien le arrebató la copa después de un 6-4, 2-6, 7-6 (1) y 6-3.
