Érase una ciudad pequeña capital de provincia del centro de España en la que su Ayuntamiento presumía como muchas otras, de dedicar especial atención a los discapacitados eliminando obstáculos en el mobiliario urbano para facilitar el acceso a las sillas de ruedas y cochecitos de bebe, además de que trataría de potenciar los comercios y la vida en el centro histórico de dicha ciudad.
Por Andoni Madrid
Fotografías de Cuka Leyre
Pues hete aquí, que un familiar directo del ciudadano de a pie, hace pocos días no pudo realizar una nimia gestión comercial por encontrarse dos escalones como obstáculo insalvable a la entrada de un establecimiento, por lo que tuvo que volver a casa con el “rabo entre piernas” y un sentimiento de impotencia además de rabia y “muy mala leche” para tener que pedir a su esposa realizar dicha gestión.
Ahí no acaba la historia; cuando vuelve la esposa al mismo establecimiento con el DNI del ciudadano perjudicado, la dependienta le exige un poder notarial para llevar a cabo la gestión.
Ante la queja correspondiente en conversación verbal de la sufrida esposa le responde la empleada que es “norma de la Compañía y los escalones los permite el reglamento municipal”.
Desconfiando de la respuesta y puestos al habla con un responsable de la Sección de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento confirma que “por la licencia de fecha 20/07/17 que opera automáticamente en virtud de la normativa, no procedía exigir la accesibilidad al establecimiento en cuestión”.
No es un cuento de Semana Santa
Es un hecho real ocurrido el día 12 de marzo en la ciudad de Guadalajara con la compañía Movistar, cuyo nuevo local comercial se encuentra en la calle Mayor, 33, en pleno centro histórico de la ciudad y no hace mucho tiempo en la avenida de Castilla.
El ciudadano de a pie ante los hechos acaecidos lamenta que unos por el reglamento (Ayuntamiento) y otros por no gastar dinero en construir una pequeña rampa de acceso (Movistar), dejen abandonado a un ciudadano que cumple con sus obligaciones municipales desde antaño y lleve más de 40 años de fidelidad con la compañía telefónica, pregunta:
Ya que no sirve el sentido común: ¿No hay forma de actualizar con urgencia el dichoso reglamento? Gran parte de los ciudadanos con problemas de movilidad lo agradecerían y el Consistorio podría presumir con toda la razón que en el centro histórico de la ciudad de Guadalajara no existen obstáculos para los discapacitados. O ¿no?