El Heraldo del Henares
Este ciudadano de a pie, que ya peina canas, recuerda de sus tiempos de estudiante ‘las fases de la luna’, que junto con cursos de aprendizaje, como ‘las fases monofásica y trifásica’, fueron otros tantos conceptos que tuvo que aprender. Pero a estas alturas de curso se le atragantan las ‘fases de la desescalada’.
Crónica de Andoni Madrid. Fotografía de Cuka Leyre
En plena crisis de la Covid 19, el Gobierno actual de España con Pedro, pedrito y pedrete junto a Pablo, pablito, pablete en la bicefalía (en palabras de mi admirado butanito), está compuesto por 23 ministerios (todo un récord) y un sinfín numero de adláteres nombrados a dedo entre secretarios de Estado, subdirectores, directores generales, agregados, etc, etc.
El 14 de marzo de 2020 el Consejo de Ministros tomo la decisión de declarar el estado de alarma institucional sanitaria, social y económica, lo que conllevó como principal medida la imposición de una cuarentena nacional. Ha sido prácticamente un estado de excepción aprovechado por Pedro Sánchez para emitir nuevos decretos sin posibilidad de debatir en el Congreso de Diputados.
El plan de ‘desescalada‘ (¡toma ya!) impulsado por el Gobierno se compone de cuatro fases, a las que los diferentes territorios solo accedían si eran capaces de cumplir con los marcadores que el ministerio de Sanidad determinara sine die, hasta conseguir la ‘nueva normalidad’, ¡toma más!.
Pasados tres meses de confinamiento obligado por el maldito coronavirus, pero muy mal gestionado por los gobernantes, repleto de contradicciones y mentiras en boca de un impresentable portavoz de pobre presencia, escasa voz y dudosa competencia, pero fiel correveidile de su amo, el ciudadano de a pie, confundido por no tener clara la fase en la que nos encontramos en Guadalajara ha salido a la calle con mascarilla, guantes además de libreta y bolígrafo en ristre para conocer las impresiones de los viandantes.
Ante la pregunta ¿Vd. sabe en qué fase se encuentra?, hubo quien se cambio de acera antes de llegar a su altura, quizás algo asustado por considerarme un supuesto asaltador de transeúntes; otros ni mú, los más, con un monosílabo ‘no’. Otras respuestas como “en fase 1, en fase 2, fase 3, no comment, a Vd. qué le importa…”, pude escuchar de entre los entrevistados de diferentes edades, con y sin familia de la mano…
En resumidas cuentas, el ciudadano de a pie optó por volver a casa igual de confundido para seguir confinado, pero con un recuerdo imperecedero en su memoria por cerca de las (aproximadamente) 50.000 personas inocentes que han perdido sus vidas en la Covid 19 y que el gobierno se resiste a reconocer.
Para todos ellos elevo mis plegarias, (D.E.P.)., mi agradecimiento al personal sanitario por su esfuerzo hasta el límite con más de 74.000 trabajadores contagiados; mi admiración a los Cuerpos de Seguridad y a los voluntarios por su ejemplo de abnegación; mientras censuro a todos los políticos sin excepción por ser incapaces de ponerse de acuerdo para adoptar soluciones definitivas ante el grave problema que tenemos los españoles.
El ciudadano de a pie se niega a aceptar el pesebrismo y condenar el subsidio que nos quiere imponer Pedrito (salvador de vidas como se autoproclama, pero sin reconocer a los fallecidos) y Pablete (que omite mencionar entre otras, su desastrosa gestión al frente de las residencias de ancianos).
¡¡Vaya tribu!!
