El escritor Manu López, con su libro Alcohol de 99º, logra sumergir a los lectores en una historia extremadamente original, ambientada en la España de los años 80 y que nos atrapa desde las primeras páginas. Fue una época muy complicada y difícil, sobre todo por la crisis económica que sufría el país, en la que la Juventud se convierte en la verdadera protagonista por los cambios y transformaciones que vive, por su dinamismo, por la búsqueda de experiencias y aires nuevos, y sobre todo por su rebeldía por romper con lo establecido hasta el momento.
Esta novela, ópera prima de Manu López Marañón, es una verdadera obra de la mejor literatura. Estructurada de una forma magistral tanto los personajes principales: Artur, Asís y Fredi, como los secundarios: Dora, Luli y el Piro; como la trama, la sociedad y los distintos espacios en donde se desarrolla la novela, Bilbao y Barcelona, junto con la excepcional narrativa brindan a la novela un dinamismo y una acción constante, sobre todo en la tercera parte, donde el lector se acelera a un ritmo trepidante con las acciones de los personajes.
Narrada en tercera persona (por un narrador omnisciente que lo sabe todo de los personajes) hace que lector se encuentre en el sitio y viva en primera persona todo lo que les ocurre a los personajes, que no es poco. La narración es muy ágil y consigue aunar las descripciones con los diálogos, formando un binomio perfecto. Utiliza un lenguaje ordinario, lleno de expresiones coloquiales y jergas de personas de clase social baja, lo que establece mucha cercanía con el lector -y que a la vez lo conjuga de una forma magistral con una prosa extraordinaria en las descripciones-, en muchos fragmentos son pura poesía.
A lo largo de la novela, asistimos a una evolución de las relaciones de los personajes entre ellos y con ellos mismos, en los que la alienación social, la insensibilidad, está de una forma muy presente en los mismos. Personajes, imperfectos que habitan en un mundo inmoral, que en algunos momentos odias, pero a la vez nos despiertan ese sentimiento de ternura y compasión.
Me sorprende el cambio de Asís, que con sus desvaríos en un momento de lucidez, nos sumerge en lo más profundo de sus pensamientos y conflictos internos. El escritor, nos muestra una sociedad y un mundo marginal, con unos personajes predestinados por sus condiciones sociales y circunstancias a un futuro incierto o a un sin futuro. A lo largo de sus páginas, va mostrando ese descenso a los infiernos de Artur y la violencia crece y crece junto a él.
Manu López pone sobre la palestra cómo el alcohol, las drogas (y sobre todo la heroína, con la muerte de la madre de Artur) el sexo, la homosexualidad, y el desempleo, hicieron mella en esta juventud con unas ganas locas de libertad.
Entre sus páginas subyacen interesantes reflexiones acerca de la falta de educación, la falta de cariño, la sexualidad, las adicciones y vicios, la soledad y el individualismo, lo que permite acercarnos más a estos personajes y ahondar más su propia naturaleza, llenos de pocas luces y muchas sombras, haciéndonos participes, el escritor, de ser testigos y vivir en primera persona, como la juventud y la vida se les escapa forma apresurada.
A calzón quitado, nos muestra Manu a sus personajes, reflejando esa desvergüenza que a veces parece inocencia.
Manu Lopez Marañón, con una narrativa inteligente y una trama absolutamente bien tejida, no dejará al lector indiferente. Sin duda alguna, estamos ante una novela apasionante, fresca y muy divertida, ensamblada con las mejores dosis de acción, humor y llena de escenas neorrealistas, la convertirán en una de las mejores obras de narrativa española.
Mercedes García Granizo