Estamos ante una peli simpática realizada con la paciencia infinita del stop-motion con plastilina.
Resulta asombroso el parecido en el argumento con Que baje Dios y lo vea de Curro Velázquez, cambiamos curas por prehistóricos.
Las dos comparten el mismo mensaje buenista que lo importante es la voluntad y el equipo.
La peli se ve con agrado, pero no llega a despertar sonrisas y muchos menos carcajadas.
Mi puntuación: 5,17/10.
Muchos besos y muchas gracias.
Crítico de Cine de El Heraldo del Henares
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