La experiencia nos dice que cada cosa está pensada para una situación o circunstancia. De la misma forma que las casas que están construidas en Alicante, con una temperatura media muy suave durante todo el año, no están igual de preparadas para el frío que las que se construyen en Soria, con una temperatura que muchos días al año está bajo cero, cada coche está diseñado para un uso u otro.
Esto es lo que ocurre con el C5 Aircross 130 BlueHDI. Si vamos a hacer más de 15.000 km al año y viajamos con la familia, esta alternativa diésel nos puede venir muy bien. Y es que es un coche que está pensado para ello y en ese hábitat en donde mejor resultado y prestaciones nos va a dar.
La verdad es que es difícilmente entendible la caza que están sufriendo los fabricantes de los propulsores diésel, con cantidad de amenazas de prohibición de entrada, tasas, etc, y a pesar de ello, nos siguen ofreciendo coches como este Citroën C5 Aircross en su versión diésel. Citroën sigue creyendo en este tipo de combustible y este modelo es una muestra de ello.
Por lo tanto, en este escenario en el que nos está tocando vivir en estos momentos, en el que el precio de la luz no para de subir, y en el que el diésel además de ser más económico, es menos gastón, esta motorización cobra vital importancia.
Este motor BlueHDI parece que está pensado para el Citroën C5 Aircross, casi como un traje a medida. Sus dimensiones, características, confort de marcha y facilidad de uso invitan a viajar con toda la familia.
Estética
Si dentro de tus preferencias estéticas están los SUV con aspecto de robusto y con fuerte personalidad, capo elevado, ruedas de generosas dimensiones y una altura libre al suelo de 230 mm, el C5 Aircross se postula como buena alternativa. Si además te gusta personalizarlo, dispones de 7 combinaciones distintas de colores así como mas de 30 posibilidades diferentes de personalización.
Aunque el nombre completo de este modelo es C5 Aircross, nada tiene que ver con la anterior versión del C5, una berlina que rivalizaba con modelos tan carismáticos como el Passat, Mondeo, etc. El apellido que se incorporó a la denominación sirve para decirnos que estamos ante un modelo totalmente diferente pero con la misma idea inicial: comodidad, amplitud y devorador de kilómetros.
Con unas medidas de 4,5 metros de largo y 1,84 de ancho, ya vemos que es un coche totalmente distinto al anterior C5. Pero lo que realmente llama la atención es que ha ganado casi 20 centímetros de altura. De esta forma, Citroën deja de lado la berlina y se adentra de lleno en el complicado y competitivo segmento de los SUV.
La vista lateral destaca por la incorporación de los originales “protectores”, compartidos con otros modelos de la marca, en los bajos de las puertas. La parrilla delantera monta una parrilla muy llamativa, acompañada de unos grupos ópticos divididos en dos partes, quedando alojados en la parte más baja los anti nieblas. El toque definitivo lo dan los enormes neumáticos, en llanta 19, que le confieren aspecto de robustez y deportividad al mismo tiempo.
En la zaga la sensación que transmite es que es todo grande. Faros de gran tamaño, líneas totalmente horizontales, portón del maletero y boca de acceso de gran tamaño, aportan la sensación de que tenemos delante un coche mucho con más dimensiones de lo que en realidad tiene.
Amplitud
Uno de los puntos más destacables de este C5 Aircross es sin duda la amplitud que ofrece en su interior. Muy bien resuelto, los espacios para los ocupantes son más que suficientes. Destaca la bancada trasera, con tres asientos individuales y con desplazamiento longitudinal de 15 cm y con superficie totalmente plana en el suelo, que asegura un espacio más que suficiente para las piernas y libertad de movimientos.
Un SUV que se precie con un claro espíritu familiar tiene que tener un maletero “importante”. Un punto a favor, como ya dije antes, es el gran portón y la facilidad de carga que ofrece, pero lo más importante en este aspecto es la capacidad: 580 litros de capacidad mínima, desplazando hacia adelante la fila de asientos trasera, llegamos a los 720 y si los abatimos por completo la capacidad llega a los 1.630 litros.
En las plazas delanteras, los asientos Advanced Confort le dan un toque de calidad y extra de confort. Mullidos en la dureza necesaria, aseguran que el paso de los kilómetros no haga mella en conductor y copiloto.
El cuadro central, configurable para poder ver los datos que más nos interesen ofrece una alta calidad de lectura con unos colores muy acertados y con cinco diferentes posibilidades de visualización: Pesonal, cuadrantes, navegación, mínimo y conducción. El volante, multifunción y con un tamaño muy equilibrado alberga botones para manejar ciertas funciones de modo muy claro. Justo detrás de él, están albergadas las levas para el cambio de marcha manual, que en este caso no giran solidarias con el volante.
Presidiendo el centro del salpicadero, una pantalla táctil de 8 pulgadas permite manejar casi todas las funciones del C5 Aircross. Cuenta con Apple CarPlay y Andorid Auto y un manejo bastante sencillo e intuitivo.
La palanca de cambio tiene buen tacto y queda a mano para actuar sobre ella. Justo al lado encontramos los botones para el tipo de conducción que elijamos: eco o Sport. También a poca distancia tenemos el mando giratorio del sistema Grip Control con las posiciones habituales: arena, barro, nieve… Con estos cinco programas de funcionamiento, el C5 Aircross calibra distintos parámetros en el control de tracción y la forma en la que se entrega la potencia a las ruedas delanteras.
A todo esto hay que añadir un pulsador para poner en funcionamiento el control de descensos, que va regulando la velocidad cuando detecta que hay una inclinación del terreno. Con 23 cm de altura libre al suelo, si tuviera la posibilidad de tener también 4×4… pero eso es otro tema…
En marcha
Ya lo he comentado líneas más arriba: comodidad y amplitud. Si a esto le unes un motor diésel muy poco gastón, la combinación puede acercarse a la perfección. Durante más de 700 km que hicimos en nuestra prueba con un 60% carretera y el resto por tráfico urbano, el C5 Aircross se mantuvo por debajo de los 6 litros de media, una cifra muy interesante sobre todo teniendo el volumen del coche del que estamos hablando.
Un factor que favorece en gran medida esas cifras es el botón ECO. Si en nuestro pensamiento está hacer una larga ruta con ritmos suaves y con una respuesta del motor algo perezosa, nuestros consumos disminuyen considerablemente. Si por el contrario, buscamos algo más de “sensaciones”, con solo pulsar durante un par de segundos el botón Sport, la sensibilidad en el pedal de acelerador ahora es mas acusada, la caja de cambios permite subir algo más de vueltas y la dirección cambia su tacto a más dura. Eso si, los consumos aumentan ligeramente, pero nunca podríamos decir que desorbitados.
Perfectamente asociada al motor BlueHDI, una caja automática de 8v por convertidor de par, transmite la potencia a las ruedas delanteras con suficiente rapidez y fluidez. Se antoja ideal para buscar la comodidad y facilidad de uso dejando ligeramente de lado el buscar unas prestaciones deportivas, también muy lejos del espíritu del C5 Aircross.
Uno de los factores que hacen que la comodidad del C5 Aircross sea un dato a tener en cuenta de forma positiva es el funcionamiento de su equipo de suspensiones. Trabaja a la perfección y borra perfectamente todas las irregularidades del terreno, eliminando movimientos y oscilaciones y no llegan nunca a los ocupantes. A velocidades bajas tal vez notemos algunos “extraños movimientos” al frenar o acelerar, pero estos desaparecen a medida que la velocidad aumenta.
Conclusión
Meridianamente claro. Si hacemos más de 15.000 al año y muchos de ellos con la familia, con el C5 Aircross tenemos aseguradas varias cosas: 1.- Comodidad y amplitud para los pasajeros. 2.- Suficiente espacio en el maletero para los cinco “viajantes”. 3.- Econimía de consumo y facilidad de uso. Poco más se puede pedir.