Decir “Almodóvar” en los últimos tiempos es iniciar una guerra, ni siquiera cinéfila o cultural, sino directamente civil y política. Y, al igual que sucede en los toros, el fútbol o en las tertulias televisivas, se conforman dos bandos absolutamente irreconciliables. Ya lo decía Machado: Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón. Porque de eso parece que se trata: de poner siempre la emoción por delante de la razón. O, a lo mejor, simplemente, exagero y no es más que una cuestión de aquello que llamábamos en el colegio “urbanidad”.
Por eso solo voy a hablar de cine y de cómo, y por qué, Dolor y Gloria podría ser considerada como la culminación de una carrera, a la vez que un compendio exacto de todo lo bueno y lo malo de su cine.
Por supuesto, si usted es un detractor de la filmografía almodovariana, incluso de su personaje público, o lo que representa, además de suponer que no ha llegado hasta aquí, olvide esta película y elija otra para pasar el rato.
El aficionado partidario de su cine, el que espera sus películas como agua de mayo, sin embargo, probablemente se encuentre con la Capilla Sixtina de sus películas, tanto en lo formal, como en lo puramente argumental, tanto en lo bueno como en lo malo. Con un regalo más: el carácter íntimo y autobiográfico de una historia que es contada asumiendo todos los defectos y todas las virtudes de su ya extensa filmografía, y que –además- se construye con todos los elementos de ese género tan atractivo y entrañable que es el del “cine dentro del cine” y la autorreferencia biográfica.
Nos referimos a esa intensidad sentimental que mueve a todos sus personajes, así como a esos elementos de lo “popular”, y de su infancia, o su vida en general, que vuelven a mezclarse y transitar toda la historia narrada; también a esas estructuras narrativas de un guion siempre dislocado, en donde aparecen y desaparecen personajes, al azar del guionista Almodóvar, como en la azarosa, también, vida de cada cual (esto es visto como un defecto por los unos, y una característica de su creatividad por los otros); o, finalmente, por esos colores vivaces y exageradamente artificiosos que iluminan una puesta en escena un tanto arbitraria o, mejor, deslavazada, pero siempre tan “publicitaria”, como si estuvieras viendo el anuncio (creo que ahora se dice spot) de unas vidas siempre en el extremo más trágico y dramático de su existencia.
La hipótesis de mi teoría sobre su cine se hace carne en esta última película del director manchego: la intensidad emocional de lo narrado (engrandecida por la memoria y la representación de los primeros compases de una vida que ahora se vive en compañía de los dolores, no solo de los que producen los recuerdos, sino también del de los cuerpos arañados por el paso del tiempo – ese dolor del título, esa gloria del pasado, y también del amor vívido (y apenas recuperado, por los azares narrativos de un guion guadianesco) -, es negada, por la luminosidad falsa de unos colores que nos fascinan, pero que enfrían nuestra mirada interior y desactivan nuestra identificación emocional con las tragedias de unos personajes que se quedan en simples elementos del decorado, sin alma, muy lejos de nosotros, y que aparecen y desaparecen como fantasmas.
Sinopsis
Narra una serie de reencuentros en la vida de Salvador Mallo, un director de cine en su ocaso. Algunos de ellos físicos, y otros recordados, como su infancia en los años 60, cuando emigró con sus padres a Paterna, un pueblo de Valencia, en busca de prosperidad, así como el primer deseo, su primer amor adulto ya en el Madrid de los 80, el dolor de la ruptura de este amor cuando todavía estaba vivo y palpitante, la escritura como única terapia para olvidar lo inolvidable, el temprano descubrimiento del cine, y el vacío, el inconmensurable vacío ante la imposibilidad de seguir rodando.
«Dolor y Gloria» habla de la creación, de la dificultad de separarla de la propia vida y de las pasiones que le dan sentido y esperanza. En la recuperación de su pasado, Salvador encuentra la necesidad urgente de volver a escribir.
Ficha técnica:
Título original: Dolor y gloria
Año: 2019
Duración: 108 min.
País: España
Dirección: Pedro Almodóvar
Guión: Pedro Almodóvar
Música: Alberto Iglesias
Fotografía: José Luis Alcaine
Reparto: Antonio Banderas, Asier Etxeandia, Penélope Cruz, Leonardo Sbaraglia, Julieta Serrano, Nora Navas, Asier Flores, César Vicente, Raúl Arévalo, Neus Alborch, Cecilia Roth, Pedro Casablanc, Susi Sánchez, Eva Martín, Julián López, Rosalía, Francisca Horcajo
Productora: El Deseo. Distribuida por Sony Pictures Entertainment (SPE)