jueves , 4 julio 2024

‘Elecciones y divorcios’, de Miguel de Cervantes: “… Que el oficio de farsante todos estados abarca”

Si uno se atiene a lo que, así, a bote pronto, nos sugiere el título con el que encabezamos esta reseña pareciera que la obra que ha motivado nuestro comentario fuese una furibunda crítica de la actualidad política española, con el gobierno de la nación a la cabeza. Pero tranquilos. No hay tal. En este oasis de la no beligerancia en que se ha convertido la escena española del momento no se atisban ni los más leves indicios de una sátira política seria, digna de tal nombre, que denuncie los dislates, aberraciones y tropelías perpetradas desde las más altas instancias del poder. Qué lejos quedan, los autores del realismo social, por poner un ejemplo; o los grupos del teatro independiente de los años 60 y 70: los Goliardos, o el grupo Tábano y su Castañuela 70, o los Joglars; o, sin irnos tan atrás Alejandro y Ana: lo que España no pudo ver delbanquete de la boda de la hija del presidente.

No, estos versos, y otros más donde se enumeran las cualidades y maneras de todo buen cómico “…todos los requisitos / que un farsante ha de tener / para serlo, que han de ser / tan raros como infinitos.” provienen del final de la jornada III de Pedro de Urdemalas (obra también, de Cervantes), le sirven a Abel González Melo, como puente para transitar del primero al segundo de los dos entremeses que conforman el montaje: La elección de los alcaldes de Daganzo y El juez de los divorcios. Un breve interludio, que se erige, en mi modesta opinión en casi lo mejor del espectáculo. Mientras cambian algunos elementos de la escenografía para dar paso al salón de audiencias donde el juez va a dirimir las querellas de los litigantes que acuden a demandar su separación, Daniel Migueláñez y Dayana Contreras, actores de la compañía, a cara descubierta, sin impostaciones, énfasis ni aspavientos innecesarios van transponiendo a dúo las sabias palabras de Pedro (ante la sorpresa e impaciencia del Autor, siempre en la obra a que me he referido arriba), con una solvencia y una naturalidad encomiables y obedeciendo los consejos y recomendaciones que sobre el modo de actuar y de decir el texto los propios versos estatuyen: “…No afectado en ademanes, / ni ha de rezitar con tono. / con descuydo cuydadoso; (…) / Ha de rezitar de modo, / con tanta industria y cordura, /que se buelua en la figura /que haze de todo en todo. / A los versos ha de dar /valor con su lengua experta / y a la fábula que muerta / ha de hacer resucitar.” Con esto queda todo dicho.

Elenco de la obra Elecciones y divorcios

Por nuestra parte ya manifestamos desde estas mismas páginas (en octubre de 2023) al reseñar Enmudecer por hablar, montaje del mismo director a partir de El vizcaíno fingido y Los habladores, nuestras dudas acerca de la pertinencia de imponer a los textos cervantinos una técnica de actuación tributaria de la commedia dell’arte, y no vamos a repetir los argumentos de entonces. Cualquiera que haya asistido a la representación de ayer se habrá dado cuenta de la frialdad con la que el público recibió la primera parte de la obra (con el añadido del embrollo de los alcaldables en efigie, de modo que en ocasiones no había forma de diferenciar al bachiller Pesuña, al escribano Estornudo y a los regidores Panduro y Algarroba de los candidatos a la alcaldía, el iletrado Humillos, y los no menos cazurros y fanfarrones Jarrete, Berrocal o Pedro Rana) y podrá deducir que la máscara y esa gesticulación forzada, antinatural, son un obstáculo y trabajan contra la espontaneidad y el gracejo de lo popular que Cervantes sabe captar como nadie, mientras entre bromas y chanzas nos canta las verdades del barquero. La prueba la tenemos en ese entreacto al que ya he aludido y en la segunda parte del espectáculo, cuando Mariana (estupenda Montse Simón), la primera de las esposas que pretenden el divorcio aparece en escena a cara descubierta brindándonos la oportunidad de disfrutar del rico acervo de su expresividad gestual y propiciando con ello un cambio en la disposición del público que terminaría premiando el trabajo de los actores con un rotundo aplauso.

No quisiera con mis juicios minusvalorar el trabajo de los actores, que es sin paliativos esforzado y solvente y nos brinda múltiples oportunidades para la carcajada. Y queda, en todo caso, de este contacto con la obra de Cervantes la constatación de su pasión por el teatro, la sensación de su absoluta modernidad, su estilizada ironía y su incuestionable y permanente actitud crítica con la realidad social y política de su tiempo. Algo de lo que hoy día no estamos muy sobrados.

Gordon Craig.15-VI-2024.

Ficha técnico artística

Autor: Miguel de Cervantes.

Con: Dayana Contreras, Antonio Dueñas, Daniel Migueláñez, Rey Montesinos y Montse Simón.

Máscaras: Antonio Fava.

Diseño de escenografía y vestuario: Javier Chavarría.

Versión y dirección: Abel González Melo.  

XXIII edición de “Clásicos en Alcalá”. Festival Iberoamericano del Siglo de Oro.

Alcalá de Henares. Corral de Comedias. 15 y 16 de junio de 2024.

Acerca de Gordon Craig

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