Uno se pregunta ¿cómo vivir con un poco de paz en medio de un entorno inestable, impredecible y caótico, donde nada es lo que parece, llueven mentiras y el dolor arroja un manto sobre el horizonte?
La confusión social, a nivel mundial y nacional, es peor que un huracán. Nos dicen y repiten, desde el comienzo de la pandemia, que «las decisiones que están adoptando se basan en criterios técnicos».
Pero, «es sencillamente un imposible metafísico porque no existen las decisiones técnicas». Las decisiones son éticas, políticas, económicas o como que el lector prefiera. Pero nunca son técnicas. «Decretar el estado de alarma y establecer el confinamiento de la población es una decisión basada en el libre albedrío» (P. García Cuartango).
Están ahí y están firmadas. ¿Han sido éticas, justas y buscando el interés de la sociedad? ¿La salud es el único interés o buscan otros intereses? ¡Cuidado! «Vida o muerte nunca cuentan mucho cuando el poder está en juego» (Gabriel Albiac).
En general, la clase política no parece ser consciente del daño irreparable a la sociedad, que la falta de ética, su desunión y enfrentamiento está causando. Sufrir al mismo tiempo dos crisis gravísimas, sanitaria y económica, y que tengamos que soportar una crisis política, no se puede entender. Las legítimas preferencias ideológicas, no deberían poner en peligro la convivencia.
La sociedad civil debería exigir a todos y cada uno de los político, un código ético que debería ser firmado al acceder al cargo, y vigilar su cumplimiento. El pueblo soberano no puede ser, manipulado o engañado, porque convierte a los votantes en cómplices de la corrupción política. Y si se utiliza el peligro del virus para eso, puede ser «extorsión política», García-Page.
1.- El peligro del virus no ha pasado, ya que está en expansión.
No hay que confiarse.La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado en un documento informativo, un nuevo síntoma vinculado a la Covid-19. «Cualquier persona puede contraer la Covid-19 y caer gravemente enferma. Las personas de cualquier edad que tengan fiebre o tos y además respiren con dificultad, sientan dolor u opresión en el pecho o tengan dificultades para hablar o moverse deben solicitar atención médica inmediatamente. Si es posible, se recomienda llamar primero al profesional sanitario o centro médico, para que estos remitan al paciente al establecimiento sanitario adecuado».
Mientras se temen posibles nuevas oleadas del virus, los contagios del COVID-19 está llegando a lugares muy peligrosos para la población humana. Son ya 28 los países africanos donde se ha detectado la enfermedad, con más de 200 enfermos.
Los cinco primeros casos positivos de COVID-19 se han detectado entre los refugiados rohingyas en Bangladesh. El riesgo de contagios es enorme, especialmente en Kutupalong, el campo de refugiados más grande del mundo y uno de los lugares más densamente poblados del planeta, donde viven hacinados más de 860.000 refugiados en condiciones muy precarias: con acceso limitado al agua, jabón y atención médica.
Y si no fuera eso suficiente, el súper ciclón Amphan, con vientos de más de 180 kms por hora, golpeó la costa oriental india y el suroeste de Bangladesh, dejando al menos 84 muertos y 3 millones de evacuados de sus asentamientos, ya que son enclaves de población muy vulnerables.
Pero además el gigante suramericano, Brasil, ha superado los más de 1.000 fallecimientos, el 19 de mayo, en 24 horas, e integra esa lista junto a Estados Unidos, que tiene el récord con 2.612 óbitos el 29 de abril; Francia con 1.417 muertes el 7 de abril: China, que tuvo 1.290 fallecimientos el 17 de abril, y el Reino Unido, con 1.172 decesos el 29 de abril.
2.- Los cimientos éticos del Nuevo Mundo, según la UNESCO.
A estas alturas, la mayoría tenemos la esperanza de que las cosas no vuelvan a ser como eran. Políticos, empresas y particulares, tenemos que convertirnos en impulsores activos de la Nueva Humanidad.
Incluso los filósofos, ante el dilema de «volver a la normalidad o crear una nueva«, ya no tienen duda.»El futuro tras la epidemia del COVID-19 está en nuestras manos y la construcción de un entorno que nos beneficie a todos pasa por asumir nuestra responsabilidad como ciudadanos, dejar atrás el miedo y la culpa, cultivar el pensamiento crítico y cooperar. Es la receta del filósofo Josep Ramoneda».
Para ello, hay que visualizarla, pensar en ella, para poder crearla y plasmarla aquí-ahora de nuestra vida con nuestros actos y nuestras obras. La ocasión que nos ha proporcionado la pandemia, puede volver o no.
La exigencia de la verdad, y la lucha por el futuro, empieza aquí y ahora, desde los políticos, las empresas y desde uno mismo. Hay que pensar en los demás, y traspasar las fronteras mentales y nacionales para que la sanidad, y la ayuda llegue a todos. Con otras palabras: se trata de ser conscientes y tomar las riendas.
Porque, ayer mismo, Nicolás Redondo Terreros, escribía, sobre el acuerdo para prorrogar el estado de alarma, con estas palabras: «al agujero de profunda y radical inmoralidad que supone el acuerdo del Gobierno con Bildu para derogar la reforma laboral no hemos llegado por sorpresa, por engaño o equivocación«.
Por eso no está de más recordar «Las decisiones políticas deben tener un fundamento científico, además de inspirarse en la ética y guiarse por ella».
«Deben procurar aunar esfuerzos por generar una respuesta común a la pandemia»… «Los procedimientos deben ser transparentes y respetuosos con la dignidad humana».
«Las personas vulnerables pueden quedar o haber quedado en situación de mayor vulnerabilidad durante o después de la pandemia».
Todo ello puede interesar. El Catedrático de Bioética, Catedrático Emérito de Genética y Presidente de CíViCa, Nicolás Jouve, ha abordado en un video algunas de esas «Cuestiones éticas durante la pandemia del covid-19″.
No solo los gobiernos tienen que vigilar su compromiso ético según Nicolás Jouve, también la ciudadanía, porque se ha desatado un verdadero ataque contra los mayores. Es cierto que el virus ataca a los mayores especialmente, ya que el 90% de las víctimas tenían más de 70 años.Se está produciendo un autentico «ancianicidio», que puede llevar a provocar verdadero suicidio de ancianos.
C 3.- En en el ojo del huracán mundial de la distopía.
Hay humanos «inconscientes», que son ciegos porque están instalados en «no querer ver», aunque cada día hay más datos, ellos están instalados en el miedo de lo que sucede. ¿Bloqueados? Otros inconscientes no quieren ver el peligro del virus y ni se protegen, ni se distancian, al salir, para no contagiar ni contagiarse.
Lo que sucede es por algo. Toda pregunta encuentra su respuesta y tanto la acción como la inacción tienen su reacción. Lo importante es descubrirlo o colaborar.
De hecho hay mucha gente, cada vez más, que es consciente de que la Humanidad está inmersa en un huracán de magnitud aceleradamente creciente de acontecimientos distópicos de dolor, enfermedad, perdida de seres queridos, incertidumbre, problemas económicos, rupturas traumáticas de pérdidas de trabajo, recortes de ingresos y a veces rupturas familiares o sentimentales.
La imagen del huracán, su fuerza, y la magnitud de acontecimientos que abarca, desde el medioambiente a catástrofes, pandemias, pérdida de derechos laborales, incluso de libertad, discriminación, y colas de hambre para poder comer…están ahí.
No son fáciles los tiempos. Tampoco son casuales. Según los sabios, tampoco es el final de la Humanidad. Así que la sociedad consciente y la sociedad distópica, aconsejan un poco de paciencia y encontrar la paz, donde nada se mueve, en el ojo del huracán, desde uno mismo.
He venido escuchando la alerta del peligro, desde 2012. Una de las personas, que ha alertado sobre la llegada de la Nueva Humanidad, ha sido Emilio Carrillo. A parte de sus libros, sus conferencias, y entrevistas son seguidas diariamente en todo el Planeta. Sobre la situación actual (2020), Cristina Hortal le entrevista y nos deja una visión interesante sobre los acontecimientos actuales y el despertar de la consciencia.
Puede verse otra de sus últimas entrevistas con Teresa Gómez.
No se trata de ser exhaustivos, más bien únicamente dejar una semilla de futuro, que cada cual podrá desarrollar en su momento.
Hay otras formas de entrar en una nueva normalidad, y no solo la del miedo, como han querido hacernos creer gobierno y medios de comunicación, no solo aquí, sino también en otros países, como Austria.
José Manuel Belmonte