lunes , 10 marzo 2025

Esteatosis hepática: Comprendiendo la enfermedad y sus implicaciones

Dr. Ramón Bernadó

(*) Introducción: La importancia del hígado y su funcionamiento

El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano, desempeñando funciones clave en el metabolismo, la desintoxicación, la síntesis de proteínas y la regulación de diversas sustancias químicas en la sangre.

Entre sus funciones principales destacan:

  • Metabolismo de nutrientes: Procesa carbohidratos, grasas y proteínas provenientes de la dieta, convirtiéndolos en energía utilizable.
  • Detoxificación: Filtra toxinas y fármacos, eliminándolos del organismo.
  • Producción de bilis: Fundamental para la digestión de las grasas.
  • Almacenamiento de vitaminas y minerales: Como la vitamina A, D, B12 y hierro.
  • Regulación de la glucosa: Mantiene el equilibrio de los niveles de azúcar en sangre.

Dada su importancia, es fundamental detectar a tiempo cualquier alteración hepática. Existen diversas pruebas médicas para evaluar la salud hepática, entre ellas:

  • Análisis de sangre: Incluyendo enzimas hepáticas (ALT, AST, GGT), bilirrubina y albúmina.
  • Ecografía hepática: Para detectar acumulación de grasa o anomalías estructurales.
  • Biopsia hepática: En casos graves, permite un diagnóstico preciso.

Esteatosis hepática: Definición y causas

La esteatosis hepática, también conocida como hígado graso, es una condición caracterizada por la acumulación excesiva de grasa en las células hepáticas.

Frutas y verduras, fuentes de vitaminas y libres de grasas

Se considera patológica cuando el contenido de grasa supera el 5-10% del peso del hígado.

Existen dos formas principales de esteatosis hepática:

  • Esteatosis hepática alcohólica: Causada por el consumo excesivo de alcohol, que altera el metabolismo lipídico del hígado.
  • Esteatosis hepática no alcohólica (EHNA): Asociada a obesidad, diabetes tipo 2, dislipidemia y síndrome metabólico.

Imagen de la agencia Open Comunicación

Otros factores de riesgo incluyen:

  • Dieta rica en azúcares y grasas saturadas.
  • Sedentarismo.
  • Factores genéticos.
  • Uso prolongado de ciertos medicamentos (corticoides, antirretrovirales, etc.).

Manifestaciones clínicas

En sus etapas iniciales, la esteatosis hepática puede ser asintomática.

Sin embargo, a medida que progresa, pueden aparecer:

  • Fatiga y debilidad.
  • Dolor o molestia en el cuadrante superior derecho del abdomen.
  • Hepatomegalia (hígado agrandado).
  • Alteraciones en los análisis de enzimas hepáticas.

En casos avanzados, puede evolucionar a esteatohepatitis, fibrosis hepática e incluso cirrosis.

Diagnóstico y evaluación

El diagnóstico de la esteatosis hepática se basa en:

  • Historial clínico y exploración física.
  • Pruebas de laboratorio: Elevación de transaminasas y marcadores de resistencia a la insulina.
  • Estudios por imagen: La ecografía es la técnica más utilizada, pero en casos específicos se pueden requerir TAC o resonancia magnética.

Tratamiento y prevención

No existe un tratamiento farmacológico específico aprobado para la esteatosis hepática, por lo que la terapia se basa en cambios en el estilo de vida:

  • Dieta equilibrada: Reducción de azúcares refinados y grasas saturadas, aumento de fibra y proteína magra.
  • Ejercicio físico regular: Al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica.
  • Pérdida de peso gradual: Una reducción del 7-10% del peso corporal mejora significativamente la condición.
  • Control de enfermedades metabólicas: Diabetes, hipertensión y dislipidemia.
  • Evitar el alcohol y fármacos hepatotóxicos.

Obesidad y pérdida de peso. Imagen de la agencia Open Comunicación

En casos avanzados, con fibrosis o cirrosis, puede ser necesaria la evaluación para trasplante hepático.

Conclusiones

La esteatosis hepática es una enfermedad en aumento debido a los estilos de vida modernos.

A la izquierda una imagen de hígado sano, a la derecha, un hígado graso

Aunque en sus primeras fases es reversible, si no se trata adecuadamente puede evolucionar a patologías graves.

La prevención y el manejo temprano, mediante una dieta saludable, actividad física y control de enfermedades asociadas, son claves para evitar su progresión.

Bibliografía

  • Chalasani, N., Younossi, Z., Lavine, J. E., et al. (2018). The diagnosis and management of nonalcoholic fatty liver disease: Practice guidance from the American Association for the Study of Liver Diseases. Hepatology, 67(1), 328-357.
  • European Association for the Study of the Liver (EASL). (2016). EASL–EASD–EASO Clinical Practice Guidelines for the management of non-alcoholic fatty liver disease. Journal of Hepatology, 64(6), 1388-1402.
  • Mantovani, A., Csermely, A., Petracca, G., & Tilg, H. (2022). NAFLD and liver fibrosis biomarkers: Clinical applications and perspectives. Cells, 11(14), 2228.
  • Wong, V. W., Adams, L. A., de Ledinghen, V., Wong, G. L., & Sookoian, S. (2018). Noninvasive biomarkers in NAFLD and NASH—Current progress and future promise. Nature Reviews Gastroenterology & Hepatology, 15(8), 461-478.

Ramón Bernadó Marrero, médico de Familia

(*) Nota del autor: Artículo redactado, según mis indicaciones, por IA y posteriormente corregido y modificado por mí mismo.

Acerca de Dr. Bernadó Marrero

Ver también

¿El LexNet llegó para salvarnos o para ahogarnos?

Ilustración de Ubaldo El autor: Metí el humor gráfico en las instituciones al crear la Muestra …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.