El Heraldo del Henares
Alberto Rojo y Ana Guarinos se disputarán la Alcaldía de Guadalajara el próximo 28 de mayo. Tras varias semanas de retraso, el PP de Castilla La Mancha ha resuelto la difícil papeleta que tenía para encontrar un candidato de nivel que pudiera recuperar el bastón de mando del feudo alcarreño, tras el paréntesis provocado por la inexplicable y absurda decisión de Ciudadanos de regalarle todo el poder regional al PSOE hace cuatro años, a cambio de nada. Bueno, sí, a cambio de convertirse en un partido paria y con fecha de caducidad.
Guarinos, como todos, con virtudes y defectos, lo ha sido casi todo en la política provincial: concejal en los ayuntamientos de Molina de Aragón y Guadalajara; presidenta y vicepresidenta de la Diputación; diputada regional y vicepresidenta de las Cortes de Castilla La Mancha, donde ha sido un azote diario para el Gobierno de García Page; y diputada en el Congreso de los Diputados. En en PP de Guadalajara, también lo ha sido todo. Durante 11 años, 2012-2021, gobernó con mano de hierro a los suyos, años en los el PP controlaba Junta, Diputación y Ayuntamiento de la capital. De su paso por la Diputación dejó el recuerdo de una gestión rigurosa y espartana del dinero público, antítesis del lujo y despilfarro de su antecesora. El argumento estrella del PSOE para criticar esta etapa es que el juzgado de lo Contencioso Administrativo de Guadalajara dictaminó en una ocasión que la Institución Provincial, por ella presidida, había vulnerado los derechos fundamentales de la oposición… en un pleito administrativo menor.
Guarinos era la candidata idónea del PP, y única posible, para intentar recuperar la Alcaldía del Consistorio capitalino tras la marcha de Antonio Román. Después de cuatro años de descontrol, despilfarro, desidia, sectarismo y propaganda inane de Rojo y su colosal equipo de asesores y correveydiles– que nos cuestan, concejales liberados incluidos, varios millones de euros al año a los contribuyentes alcarreños -a pesar de que Ciudadanos prometió lo contrario-, el PP no podía permitirse el lujo de hacer experimentos con candidatos de futuro, había que asegurar el presente. O, al menos, intentarlo.
Pero lo que está claro es que Guadalajara necesitaba un revulsivo. Aunque solo sea para ponerle las pilas al actual equipo de Gobierno de Rojo y Simón y obligarles a ponerse a trabajar en algo que no sean Fiestas y propaganda sectaria y cortoplacista. La decisión del PP ha pillado por sorpresa en el PSOE, que esperaban algún candidato más blandito o bisoño, y se ha visto empujado a rediseñar su estrategia. Guarinos hará mejor la lista y el programa del PSOE porque ahora tendrán que buscar personas curtidas y con gran bagaje político y gestor, para dejar de ser un club de amiguetes sumisos a las órdenes de Bellido, transmitidas a través de la sargento chusquero Simón. Bellido, poco dado a confiar en gente más inteligente que él, tendrá que elevar el listón intelectual y político de los elegidos para tratar de anular a la candidata del PP.
Lástima que Vox, ensoberbecido con las encuestas, haya empezado a adoptar decisiones como las que denunciaba no hace mucho ‘de la vieja clase política’, y haya decidido prescindir unilateralmente de Antonio de Miguel, todo un martillo pilón de oposición a Rojo en el Ayuntamiento estos últimos tres años y medio. Su destitución como candidato, por sus discrepancias internas con el diputado por Guadalajara, Ángel López Maraver, lo terminarán pagando los vecinos de la capital que, de momento, ya han perdido la oportunidad de asistir a un espectacular debate a tres entre Rojo, Guarinos y el propio De Miguel. No es de extrañar la cara de satisfacción de Rojo y Simón cuando, durante un pleno municipal, se dio a conocer la noticia de que este curtido profesor, licenciado en Biología, no repetiría como candidato. Lo que hubiéramos dado por ver un debate televisivo entre Guarinos, De Miguel y Rojo, incluso a través de un canal televisivo de pago. Ahora, ese debate será solo a dos, si a Guarinos se lo permiten, en alguno de esos medios bien regados con dinero institucional, pagado con nuestros impuestos, a mayor gloria del triunvirato norcoreano Page-Rojo-Bellido.
Estaremos atentos a ver cómo se desarrolla la campaña y las propuestas de unos y otros de aquí al 28 de mayo, momento en el que los electores decidirán.
Page: el mejor aliado de la Sanidad privada
Ni siquiera haciendo trampas, ni siquiera maquillando los datos ni las cifras (que no dejan de ser personas), el Gobierno regional de Emiliano García Page consigue reducir el dolor y la ansiedad que produce en decenas de miles de pacientes de Guadalajara (y de toda Castilla La Mancha) la ineptitud y descontrol de su Gobierno con las listas de espera sanitarias. Mientras derivamos decenas de millones de euros cada año en autobombo y propaganda, en Guadalajara hay más de 14.500 personas que esperan ser atendidas por el especialista, intervenidas quirúrgicamente o que se les realice una prueba radiodiagnóstica. En muchos casos, con más de un año de espera.
Eso sí, aquí no hay mareas blancas, no vaya a ser que perdamos los 38 millones de subvenciones que los sindicatos de clase (y la patronal), han recibido de la Junta durante el Gobierno de Page. Imagínense la cantidad de intervenciones, consultas y pruebas radiodiagnósticas que se podrían haber hecho con ese dinero.
No es de extrañar, pues, como informa LibreMercado, que Castilla La Mancha, como el resto de Comunidades gobernadas por el PSOE, sean las mejores aliadas de la Sanidad privada: en nuestra región, el descontrol de las listas de la Sanidad pública ha provocado que la privada haya crecido un 28% durante el Gobierno de Page. No creemos que sea casualidad.
Celada y Mane Corral
Un vídeo particular subido a Twitter y un comentario en esta misma red social han puesto en la picota a dos ediles del PP: Jaime Celada, exalcalde de Cabanillas del Campo, y Mane Corral, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Azuqueca.
A Celada, en la oscuridad y mala imagen del vídeo se le intuía, brazo en alto, siguiendo los compases de una vieja canción falangista, el ‘Cara al sol’, junto con otros clientes de un conocido restaurante de la capital alcarreña. En plena polémica por la suelta de violadores por culpa de la estulticia leguleya del Gobierno de Sánchez-Podemos, la estupidez de Celada sirvió de bálsamo de fierabras para la izquierda patria, que se lanzó en tromba contra él.
Este edil -no olvidemos, de un pequeño pueblo de la campiña guadalajareña-, lo terminaron haciendo famoso en los grandes medios de propaganda al servicio del sanchismo, prestos a olvidarse de los cientos depredadores sexuales beneficiados por la ‘ley del sí es sí‘ con la excusa de cualquier paja en ojo ajeno que hiciera desviar la atención a la viga en el ojo propio.
Lo de Mane Corral es diferente. Corral fue designado portavoz del grupo municipal del PP de Azuqueca de forma sorpresiva de un día para otro, tras el cese inelegante e inoportuno de Aure Hormaechea. Y por ello, Corral aún no ha asimilado que, como bien le recordó la propia Hormaechea en el último pleno municipal en el que fue reprobado, cuando escriba tuits debe repensarlos bien antes. Ya no es un ciudadano particular cualquiera que puede retozar como otros tantos millones en el estercolero de las redes sociales. Ahora es el candidato a alcalde de un municipio de casi 40.000 habitantes y, por mucho que a todos, también a él, por lo visto, nos repugne ver a la secretaria de Estado de Igualdad haciendo chascarrillos de mal gusto con la diaria reducción de penas a los violadores por culpa de su Gobierno, él ya no puede excretar en redes sociales lo primero que se le pase por la cabeza. Y, ni mucho menos, si eso que vomita tiene un sesgo machista intragable.
Sin embargo, en ambos casos, Celada y Corral, con ser indefendibles sus actos, son temas muchísimo menores y que importan muchísimo menos a los ciudadanos de este país, de esta región o de esta provincia como pudieran ser la reducción de penas y, en algunos casos, libertad de los violadores por la ley del sí es sí; la no entrada en prisión del expresidente nacional del PSOE, José Antonio Griñán, condenado en firme por malversar 680 millones de euros de dinero público en putas y cocaína, entre otras lindezas (la justicia no es igual para todos); o las escandalosas listas de espera sanitarias. Sánchez y García Page se bastan y se sobran ellos solos para llevar a su partido a la irrelevancia política el 28 de mayo. Sus bien pagados correveydiles lo saben y buscan cualquier metedura de pata de la oposición para magnificarla y tapar sus propios escándalos. En manos de dicha oposición está, pues, no proporcionar munición de fogueo que estos últimos puedan convertir en armas de destrucción masiva propagandista.
No obstante, el PP tendrá que repensar sus candidaturas tanto en Cabanillas del Campo como en Azuqueca de aquí al 28 de mayo.
@HeraldodelHenar
