Dicen que han sido muchos, pero… no es decir nada, porque ni tienen nombre, ni van a ocupar siquiera, el espacio de un número, que es el mayor vacío y la mayor tristeza.
Han partido, nuestros seres queridos, sin estar a su lado, sin poderles despedir, así que por lo menos, -si no es mucho pedir- ¡querríamos saber cuántos…!
Ya no vuelve el tiempo, si se pierde…o si se retrasa quien puede y debe ayudar. Perdemos la oportunidad, de ayudar a los nuestros, y a quienes les atienden.
Sabiendo desde enero, que había que hacer algo, -¡estaban ya advertidos!-,¿qué se hizo hasta el 11 de marzo, sin tomar las medidas necesarias? ¡El reloj y la muerte nunca esperan!
Aunque empieza la muerte al tiempo que la vida…Ellos nunca tuvieron prisa, para irse, como todos…deseaban estar acompañados…morir vivos y conscientes y, poder despedirse.
Algunos no lo saben, y piensan, que solo morimos una vez; ¡están equivocados! Vamos partiendo, con cada ser querido que se apaga, y se va a su hora, o es empujado.
Sigue girando el mundo, se oscurece o se nubla la luz que nos guiaba, o nos alumbra… ¿Desconectamos? Aunque todo es igual, nada es lo mismo, sin ellos…¡Ni siquiera nosotros!
La vida, siempre es joven, estamos comprometidos, más allá de creencias, de engaños e intereses, con un futuro mejor, si dejamos de lado, lo que divide: egoísmo y, autosuficiencias.
Nunca es normal el tránsito, final de una aventura o comienzo de otra, -como dicen-; el sueño que teníamos…se nos ha ido con ellos, o se ha desvanecido, pero… tú, ¡No me olvides!
¿Son palabras mías o me las dices tú?¡Estoy muy confundido! y sin embargo, quienes lo dieron todo y arriesgaron su vida, vosotros que os fuisteis, y nosotros, estamos más unidos.
¡Que la gratitud eterna…de las manos blancas, -en forma de ovación- que libremente brotó del pueblo, para los valientes profesionales, de la sanidad, servicios, ejército y fuerzas de seguridad, suene por todos en el universo!
José Manuel Belmonte
NOTA: El «aplauso blanco» y eterno, del escultor andaluz José Antonio Navarro Arteaga, es un monumento de gratitud, que se ha levantado en Almería, en recuerdo de quienes se han ido y la gratitud de la sociedad a quienes de una forma o de otra han ayudado en la lucha contra el Covid-19 y a todos los ciudadanos por la responsabilidad demostrada durante el estado de alarma.
Mi sincero homenaje, se sitúa fuera de los cauces y homenajes oficiales. Comenzó desde casa, haciendo mascarillas y llevándolas personalmente como protección al hospital, -estaban trabajando muy desprotegidos-. También se hizo desde la ventana, aplaudiendo, junto a mis vecinos., a los implicados -de una u otra forma- en la incansable y arriesgada lucha contra la enfermedad. En cartas, animando a las personas ingresadas -y solas-, en residencias y hospitales. Y ahora, cuando ha pasado el estado de alarma, y comienza a haber importantes rebrotes del virus por toda España, porque no se ha vencido, no hay vacuna y la gente se relaja. Así que se trata simplemente de dar las gracias, pedir responsabilidades a quien corresponda y también responsabilidad a los ciudadanos de a pie, para no bajar la guardia.
Para quien quiera saber más de la crisis vivida en España con la pandemia, puede escuchar a José Alberto Echevarría, en Alto y claro.