jueves , 21 noviembre 2024

La Navidad real y desconocida

          La gente anda desconcertada. Muchos han pasado la Navidad en la playa o disfrutando en la montaña, pero no como otros años: no hay nieve en la mayoría de las estaciones y no han podido abrir sus pistas.

         Ni siquiera los niños, este año, en España, han cantado con la alegría de otros años, la famosa canción: ¡Oh Blanca Navidad!

         En la falta de nieve tendrá, seguro, que ver el «cambio  climático». Pero  ¿el cambio afecta solo a la  Naturaleza, o va más allá? ¿Es normal esta temperatura en pleno invierno? ¿Es realidad o estamos viviendo en la ficción y la apariencia?  

         Hace un día espléndido y tenemos una mañana soleada  que  invita a los tres amigos a sentarse en la terraza  y tomar algo.

        Al tomar asiento, Mara, Gabi y yo, Balta (en adelante M. G. y B.) le entra un mensaje al móvil de Mara y dice: Es de Avaaz.  Parece una respuesta a lo que veníamos hablando. ¿Os lo leo?

       – G: Vale, pero, solo un poco, que estanos empezando el año.

       -M: Es de Ricken Patel, dice textualmente: «En nuestro mundo se están moviendo fuerzas poderosas. Se puede sentir cómo se aproximan grandes cambios, algunos maravillosos, otros terribles. ¿Girará el mundo hacia el miedo y la oscuridad? ¿O hacia el amor y la esperanza? ¿Y qué se supone que Avaaz y cada uno de nosotros debemos hacer y ser en respuesta a esta era? Me he estado haciendo estas preguntas durante un tiempo, y esta es la respuesta a la que he llegado: Juntos hemos logrado victorias hermosas y poderosas que han servido y servirán al futuro de la humanidad. Pero aún no hemos desarrollado completamente el potencial de nuestro mayor poder: la magia de la conexión humana… el amor«.

           – B: Jo, no sé quién es el tal Ricken, pero…

           – M: creo que es el fundador y director ejecutivo de Avaaz, una  de las mayores organizaciones cívicas, online, del mundo.

            -G: Vale, pero hemos venido a tomar una caña, ¿no?

            -M: Es cierto, pero veníamos hablando de lo desconcertante que este sol y este calor, cuando hace solo 12 días  que ha comenzado el invierno. Tú has sido, quien lo ha mencionado.

            – B: Callad, un momento, y escuchar un poco a la mesa de al lado.

Nos hicimos señas de «silencio» para escuchar. Eran un grupo normal. No parecían raros, por su aspecto, pero  parecen estar «piraos». Como no sabemos sus nombres pongo números:

        – 1.- ¡Te digo que es verdad! Como sabía que allí no le darían las uvas a su hora, por eso  fui a las 18,30 y se las di.

      -2.-¿Te esperaba?.

     – 1.-No. En absoluto. Fue una sorpresa total. Estuvimos hablando, y  hacia las siete  me pidió que se las diera, porque luego tenía la cena. Un bote con 12 uvas sin pasa, para evitar problemas estaba sobre su mesilla. Pusimos un poco de música y las campanadas grabadas en el móvil.

      – 3.- Tío, ¿pero eso es verdad? No lo puedo creer. ¿cómo se te pudo ocurrir algo así?

      – 4.-¿Le conocemos nosotros?

     – 1.-Se me ocurrió porque no tenía nada que hacer y pensé que también él tenía derecho a comer las uvas, ¿o no? No creo que le conozcáis. Lleva más de 10 años con la enfermedad del ELA.  Está en silla de ruedas. Sale poco, porque ve muy poco.

     -2.- ¿Puede comer? Quiero decir que si tiene alguna dificultad. Recuerdo cuando aquella campaña de «un cubo de hielo por el ELA«, que esa enfermedad es muy jodida.

     – 1.-Sí, claro. Es cierto que el verano pasado tuvo un problema y, el médico de guardia aconsejó una dieta blanda. Algunos tienen dificultad para tragar. Así que ya sabes, solo come purés y papillas. La médico titular no cambió lo que había dicho el otro médico, y hasta hoy.

     -2.- ¿Y pudo comer las uvas sin problema, con Esclerosis Múltiple? ¿Y si le pasa algo?

      -1.- Esas uvas no tienen piel, ni pepitas y flotan en el recipiente con agua. Hay  que ir dándoselas directamente a la boca, sin prisa y, hablando con tranquilidad de un deseo para el año nuevo…

     -3.- Lo imagino.

     – 2.-Me hubiera gustado verlo. A mí me gusta conocer gente que se sale de lo normal.

     –1.-Como todo iba bien, su cara,  era un poema de entusiasmo y felicidad.  Al terminar las 12 uvas, alzó los brazos para abrazarme y dijo: «¡Feliz año nuevo! Espero que el año que viene esto se repita. ¡Me ha encantado!»

      (Roberto, estaba emocionado. Y es que los familiares o amigos que de vez en cuando le visitan, esa noche están cada uno en su casa con los suyos. Le dejan las uvas encima de la mesita, para que se las coma mientras escucha en la radio las campanadas. La radio es su compañera desde la mañana hasta la noche. Antes tenía ordenador, con una gran lupa de 10 centímetros para ver las líneas. Pero ahora el ordenador ya no puede usarlo. Tampoco ve la tele, aunque puede escucharla. Le molesta ya que al no ver, percibe movimiento por el color. La radio preferible, mejor para invidentes. Los oyentes no ven al locutor, ni éste puede verlos).

     -2.-Y tú ¿cómo reaccionaste cuando te dijo eso?

     -1.- Yo le abracé, casi se me saltan las lágrimas…leche, ¡que uno no es de piedra! Le prometí repetir el próximo año.  La puerta de su habitación estaba abierta. Y…entonces un médico pasaba por el pasillo y, al vernos pasó para saludarnos y desearnos Feliz año nuevo. Le preguntó si yo era un familiar suyo.  Y Roberto respondió: «Es más que un familiar. Es un gran amigo». Nos saludamos y, después de hablar unos momentos, se fue. Yo, me despedí a la hora de la cena. Mi amigo ya había tenido una Noche Vieja especial.

       Venga, brindemos por mi amigo. Seguro que vosotros también tenéis algo que decir, ¿no?

     – 2.-¡Por Roberto!

     -3.-¡Por Roberto y por la amistad!

     -1.-¡Brindo por eso y porque seguro que vosotros también habéis tramado algo a fin de año!

    -2.-Yo no he tramado nada, pero…

    -3.-¿Pero qué? Venga, cuenta.

    -2.-Pues yo estaba en casa. Recibí una llamada de una mujer. Me pregunto si podría llevarle un paquete de tabaco. Pero …¡no empecéis a hacer cábalas…!

    – 1,-¿Te das cuenta? Y ¿qué pasó?

    -2.-No pasó nada, ¡tenéis una imaginación desbocada! Cogí el coche, compré el tabaco, (ya sabéis que no fumo) y…se lo llevé.

    -3.- ¿Eso es todo? ¡Venga ya!

    -2.-Habéis dejado el vaso, y os disponéis a escuchar, como si ya supierais el final. Pero… ¿qué sabe nadie? Cuando creemos tenerlo todo y saberlo todo, resulta que, a veces,  descubrimos otra realidad. Un ser humano y sobre todo si es una mujer, es un mundo.

     -3.-Eso es verdad. ¡Y lo será siempre!

     -2.- Se trata de una «mujer coraje».  No puede levantarse. Mejor, no puede mover ni manos ni pies. Lleva en cama 30 años. Un accidente de coche la dejó tetrapléjica. Puede hablar, claro. ¿Queréis saber más o ya es suficiente?

     -1.- No te pares, después de dejarnos ante alguien impresionante.

     -3.-Dinos cómo lo lleva, por fa.

     -2.-Podéis imaginar  que es una persona, dependiente. Necesita de los demás para lavarse, para comer, para poner la tele, o llamar por teléfono y para cambiar de posición en la cama, porque cuando está mucho tiempo en una posición tiene dolor. Pero, no abusa, es agradecida y muy amable.

         Dice que, desde el accidente ha aprendido a valorar la vida, tal vez de una manera diferente.

       -3.-¿Es mayor?

       -2.- Depende a qué  llamamos «mayor».  Yo desconozco realmente su edad, pero puedo afirmar que no ha cumplido aún los 50. ¿Sabéis lo primero que me pidió, después de saludarnos? … «Agua».

          Generalmente tiene una botella de medio litro de agua, que tiene una apertura en el tapón y con una pajita larga para que ella pueda beber, ya que tiene la botella aprisionada con su brazo rígido contra su pecho. Pero, tal vez no se dieron cuenta, y se le había terminado.

          Le dejé lo que me había pedido. Me lo agradeció e incluso se excusó de hacerme salir de casa y tener que ir.

         Y comprobé que tenía 5 unidades de 12 uvas sobre la mesilla de noche. Cuatro estaban en 4 recipientes en forma de bote en lotes de 2 y 2. Eran uvas sin piel ni pepita. La otra estaba en una bolsita de plástico y eran uvas normales.

         Antes de marchar me pidió, por favor , que abriera uno de los botes y se las diera. Y, después de desearle que terminara bien el año y un feliz año nuevo, me pidió que le subiera el embozo,  se lo subí hasta la barbilla. «Más, por favor, hasta más arriba de los ojos».

         Apagué y me fui dejándola con sus pensamientos. Por supuesto, yo me fui con los míos, sin dejar de pensar en ella y las circunstancias tan complejas o por lo menos distintas, en algunas personas.

      -1- Me puedo imaginar, el grado de autocontrol y la fuerza de voluntad, que tiene que tener una persona así. Debe ser un encanto de mujer y una fuerza invisible para muchos.

         La magia existe, no hay duda. Hay mucha más realidad en Navidad y en fin de año, que la que venden como noticia los medios de comunicación. Y… está cerca de nosotros.

Lo que dice Ricken de Avaaz es cierto, pero tenemos que descubrir que además de energía invisible, la vida es más real de lo que nadie se imagina. Cuando seamos conscientes y lo descubramos, veremos que el amor es el verdadero regalo de la vida. Puede faltar la nieve. Puede haber cambio climático. Mientras tipos así sigan haciendo esas locuras… habrá poesía y los niños descubrirán la magia de un año nuevo, igual que ayer, en el que merezca la pena vivir. La vida es un don, que cada año y cada día nos ofrece descubrir o profundizar en lo que somos.

José Manuel Belmonte

Acerca de José Manuel Belmonte

Soy un ciudadano del mundo observador y caminante. La Vida, la Naturaleza y la Humanidad, pero sobretodo el corazón del hombre son una fuente inagotable de sorpresas. De eso escribo…

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