jueves , 21 noviembre 2024

Madres de corta edad, madres para siempre.

            El DIA DE LA MADRE es el día de todas las madres. Para ellas, para cada una, mi gratitud y recuerdo, se encuentren donde se encuentren, incluso si se han ido.

         «La maternidad me ha ayudado a no analizar demasiado las cosas…creo que es por saber que tengo algo más grande que yo», (dijo la actriz y cantautora estadounidense  Idina Kim Menzel).

Al tener pocos años pueden parecer inconscientes, pero solo necesitan que se las escuche, antes y después, sin juzgarlas. Ayudarlas con respeto, decidan lo que decidan es una gran respuesta. La vida, en general es un camino largo. Todos somos maestros y a la vez alumnos. Algunas veces nos toca enseñar, pero todos los días debemos aprender, unas veces de los demás y siempre de los errores. ¿Quién no los tiene?

En los 5 últimos años han sucedido muchas cosas en el mundo, en cualquier lugar, también aquí. Si se está atento  se puede escuchar el latido de la vida y el misterio de la maternidad. La gente suele felicitar el «día de la madre», sin oír, ni saber.  ¿Importa el nombre o la vivencia? ¿Qué sabe nadie lo que hay detrás de cada madre?

  1. «Cuándo nos enteramos de que estaba embarazada, nos llenamos de dudas y de miedos. No sabíamos que hacer; yo sin trabajo, y… a él, al poco de enterarnos de la nueva noticia, lo echaron a la calle de malas maneras.

Sin embargo, al mismo tiempo sentimos felicidad e ilusión. Era algo que creamos nosotros. Cuando vi su cara, su mano agarrando la mía, supe que había tomado la decisión adecuada. Hoy, con casi dos meses, mi niño es la felicidad de nuestras vidas. No tenemos nada, pero el amor no le falta. Me siento orgullosa de haber seguido adelante a pesar de no tener ningún apoyo familiar. Y más orgullosa de formar parte de esta gran familia que es pro-vida, que da Luz y esperanza a mamas como yo».

 

  1. «Cuando tenía 15 años, al ser tan joven, me hice un aborto con lo cual al poco tiempo terminé esa relación y nunca me encontraba feliz, pensaba que la vida no tenía sentido. Intenté quitarme la vida infinidad de veces.

Con el tiempo busqué una pareja estable o eso creía. Luego me descubrieron que tenía endometriosis y un tumor en la matriz. Pensaba que eso era culpa mía por lo que hice en el pasado y que ese era un castigo de Dios por jugar con la vida de otra persona. Pase mucho tiempo pidiendo perdón y diciendo que si un día Dios me regalaba un hijo no importaba la situación que tuviera lo iba a tener. Con el tiempo mi Dios me perdono o eso pienso y me regaló 2 hijos muy hermosos».

 

  1. «Voy a contar el mío aunque algunas de vosotras ya lo sabéis. Con 5 meses de embarazo fui a saber si mi bebé era niña o niño y me dijeron q venía con una malformación: labio leporino y paladar hendido. En el mismo momento me dieron unos papeles en los que se explicaba que podía abortar todo gratuito, rápido y sin dolor en el mismo hospital.

Pero nadie pensó en mi dolor. Nadie se puso en mi lugar: en que yo ya sentía a mi hija. Me fui a mi casa sin firmar nada. Me acosté y sentí la primera patada de mi hija. Sí, con 5 meses. Me estaba diciendo que estaba viva, que no se la quitara. En ese momento rompí los papeles y toda idea de aborto salió de mi mente. No tenemos un camino fácil, nunca lo fue. Llevamos varias cirugías, muchas noches sin dormir pero… miles de sonrisas. Sin duda mi mayor bendición tener a Aitana».

 

  1. «Gracias a Dios no he tenido que pasar por la experiencia del aborto. Pero tengo una persona muy cercana a mí que sí lo pasó y realmente creo que es algo de lo que nunca se recuperó. Hasta el día de hoy se arrepiente y llora cuando habla de ello. Pienso que si dejasen de dar clases de ideología de género e impartiesen charlas y explicasen el daño físico que puede causar un aborto, tendríamos una sociedad más sana y jóvenes más responsables. Sabiendo que los gobiernos no hacen más que participar en la depravación de la sociedad.  Si ellos no lo hacen, somos nosotros, padres y madres, quienes debemos educar y preparar a nuestros hijos y protegerlos de estas enseñanzas tan dañinas».

 

  1. Me acuerdo como si hubiera sido ayer, el 19 de septiembre del 2010 , tuve un aborto. NADA planeado. Es muy doloroso para mí contarlo, y es que nunca se olvida algo así. Espero y eso me alegra, que sirva para sacar lo doloroso, porque es bueno hacerlo.

Me enteré como 15 días antes de que estaba embarazada. Tenía 18 años y la verdad, estaba llena de miedo en cómo dar esa noticia a mis padres y que haría… Decidí tenerlo…

 Pero la mala suerte jugaba en mi contra. Aquel 19 de septiembre, tuve que ir a urgencias porque sangraba muchísimo y me asuste. Cuando llegué, me dijeron que no se podía hacer nada, estaba perdiendo al bebe, estaba de poco más de un mes. Y aunque no sabía si tenerlo era la mejor opción, decidí seguir adelante con todas las consecuencias. Pero de nuevo el destino no jugaba a mi favor. Me enseñaron la ecografía. Y me derrumbe. Fueron días difíciles, pero más fue convivir con eso. Nunca supe que fue lo que pasó, o por qué pasó. Me eché la culpa día sí y día también. Cambie en todos los aspectos. Ya no era yo, ni si quiera con mi pareja. Me faltaba algo. Creí que era responsable de todo ello.

A los pocos meses descubrieron que la causa de esa hemorragía fue el tratamiento que estaba tomando para «Artritis psoriasica» unas inyecciones de cortisona muy fuertes.

 Me sentí el doble de culpable por haberme quedado embarazada estando en tratamiento. Es algo que no me perdono. Y me lo tomé como un castigo. Un día me prometí a mi misma y a Dios que si me daba la oportunidad de tener un hijo iba a hacer bien las cosas y actuar con coherencia. Es algo que no se olvida nunca.

Hace poco llegó a mi vida mi pequeño y en su mirada vi ese perdón, que tanto necesitaba, por el que me había castigado tantos años. Ahora soy plenamente feliz. Y agradezco a a la vida esta nueva oportunidad. Ahora entiendo el refrán: «Dios aprieta pero no ahoga».

  1. «Cuando me enteré de mi embarazo fue el día más feliz de mi vida. Lloraba de alegría, porque no podía creérmelo. Yo nunca pensé que iba a ser madre. Pero Dios me premió con un bebé hermoso, al que amo cada día más.

Me echaron de mi trabajo por estar embarazada. También estaba «sin papeles». Mi mundo se vino abajo. El padre de mi hijo quería que lo abortara. Me dejó sola en todo el proceso del embarazo.

Pero Dios  abrió una puerta en mi vida, y conocí a Provida-Lugo, donde me acogieron como a una hija más. Gracias a esta asociación y a sus responsables pude salir adelante.

Hoy tengo el mayor regalo del mundo, que cada día me llama mamá. Te quiero mucho hijo. Cuando pensaba que estaba sola, Dios me dio una Gran Familia, a la que doy las gracias por acogerme sin prejuicios y darme todo su apoyo. Hoy mi bebé tiene 2 años y 11 meses. El es mi fortaleza y  mi orgullo de ser madre».

 

  1. Estando en el 5º mes de embarazo del niño me descubrieron una enfermedad. Me hicieron pruebas y más pruebas. Mi niño corrió mucho peligro de no nacer o nacer con malformaciones o con la misma enfermedad que yo tenía. Pero los dos fuimos muy fuertes y salimos adelante. El parto fue genial y mi niño era el más guapo y sano del mundo. Sin embargo yo seguía con mis revisiones médicas.

Después de meses…yo tenía ya 19 años, una niña de tres añitos y el niño de 5 meses. Y…descubrimos que estoy embarazada de nuevo!!! Fuimos al médico y me explicó lo que había. Si el niño logra nacer será casi de milagro. No podía arriesgarme a traer al mundo a una criatura que casi con toda probabilidad, naciera enferma. Después de mucho llorar, día tras día sin dormir, llegó el momento. Nos pusimos en camino…, sin una ecografía previa, sin saber qué iba a pasar, sin saber nada.

Cuando llegamos firmé un papel y entré para una sala con otras 8 o 9 madres que iban a lo mismo que yo. Yo solo podía llorar y pensar en los hijos que dejaba en casa.  Pensaba ¿cómo se lo voy a explicar el día de mañana? ¿qué les voy a decir? ¿qué van a pensar de mi, al saber que mate a un hermano suyo?

Entre los nervios y las lagrimas, me pasaron a una sala, me acostaron en una camilla y me pusieron una vía. Cuando estaba ya todo preparado… llego mi sorpresa. El médico me dice: -bueno, ya sabias que eran mellizos ¿no?  Después solo recuerdo oír pitar una maquina y… ya desperté en otra sala. Antes de irme firme una ecografía. Pedí por favor que me dieran una copia. No me la dieron o fue posible.

Aun hoy los tengo grabados en mi cabeza, encogiditos, uno mirando para el otro. Solo yo conocí a mis niños, solo yo los vi. Volvimos para casa y solo quería morir…llore durante días y noches, agarrada a mi barriga, hasta que creí volverme loca; llegó un momento que los veía conmigo en casa, jugaban en el pasillo, los oía llorar por las noches… Al principio tenía miedo pero después me sentía mejor…porque eran mis niños…pero la cosa iba a mas, hasta el punto de reñirle a mi otros dos hijos por descolocarles los juguetes a mis mellizos. Asi que pedí ayuda a mi madre y ella supo entenderme. Llamó a un cura de su confianza y vino a casa. Me consoló, me explicó que tenía que dejarlos ir, que mis mellizos tenían un sitio en otro lugar. Con todo el dolor de mi alma tenía que «echarlos de mi casa».

Les pusimos un nombre a cada uno, y siempre tienen una velita encendida. Creo haber recibido el perdón. Las cuatro personas de mi familia que lo saben, también me apoyaron, al igual que mi marido, pero… nadie va hacer que me olvide de mis niños. Aún a día de hoy soy incapaz de ver una foto de un aborto sin llorar, de ver unos mellizos sin darme pena o de perdonarme a mi misma lo que hice.  Después de siete años… tuve otra niña hermosa. Hoy tiene un añito y junto a sus hermanos son lo mejor de mi vida, lo que me da fuerzas para seguir y por lo que lucho cada día, pero siempre voy a tener ese cachito de corazón ocupado por mis dos mellizos».

El Estado, en España, ayuda poco a las madres y muy poco a las madres más necesitadas. A veces se olvida que cerca de ellas, hay asociaciones que ayudan desinteresadamente a las madres.  Una de ellas es PROVIDAV-Lugo, que ha cumplido precisamente 5 años. La forman mujeres que ayudan a madres con problemas y… a sus hijos.

La presidenta de esa asociación, decía, también con razón:

«¡Soy la «madre» con más hijos de Lugo! No solo de los bebés, ¡de las madres también!

Deseo a todas las madres, y a cuantas nos han contado su experiencia, a veces dura pero real, que pasen un «día de la madre» muy feliz.

José Manuel Belmonte

Acerca de José Manuel Belmonte

Soy un ciudadano del mundo observador y caminante. La Vida, la Naturaleza y la Humanidad, pero sobretodo el corazón del hombre son una fuente inagotable de sorpresas. De eso escribo…

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