El español Lucio Anneo Séneca, destacó en el imperio romano, como intelectual y como político, como orador y como maestro del mismo emperador. Es célebre una frase suya, que había interiorizado como estoico durante su vida: «los hombres aprenden mientras enseñan«. Procuró hacerlo hasta en su muerte en el año 65.
La Vida, es la mejor maestra. Siempre enseña, si se quiere aprender. Como decía Celaya, es aconsejable «llevar en el alma, un poco de marino, un poco de pirata, un poco de poeta y un kilo y medio de paciencia concentrada».
El hecho publicado: cerca de 140.000 perros y gatos son abandonados a su suerte cada año; y que «se dispara el abandono de mascotas tras el final del confinamiento».
Para aclarar el título, he tenido que acudir a la Real Academia Española (RAE), por el significado de las dos palabras: «Sintoma«: «señal o indicio de algo que está sucediendo o va a suceder», y,»Presagio«: «señal que indica, previene y anuncia un suceso».
1) Lo que ha sucedido y está sucediendo es… el abandono de las mascotas.
En el contexto social en que nos encontramos, son un mal síntoma o un mal presagio, ya que el virus ha demostrado su capacidad para hacer mal al cuerpo humano, y ahora sus estragos van directamente al campo social. https://abcblogs.abc.es/el-astrolabio/autor/el-astrolabio/
Pero hay un antes y un después. «Sacarlos a pasear«, era una de las pocas formas permitidas de salir. Por eso, «durante el estado de alarma la compra online de perros aumentó un 50%, pero tras la desescalada nadie los quiere».
O sea que, primero «se les utilizó» y luego «se les abandona«. «Las personas adquirían (o alquilaban) los animales de forma fraudulenta para poder salir a la vía pública», relata Anna Mulà, abogada especialista en derecho animal y portavoz del Instituto de Políticas Públicas de Protección Animal (IPPPA)». En concreto, la Real Sociedad Canina de España (RSCE) calculó que se habían demandado unos 5.000 perros, con un repunte de un 50%.
En general, la relación entre el ser humano y los animales es bastante estrecha. Estamos relacionados con ellos en diversos niveles. De una forma o de otra, han pasado a «ser parte de la familia«. Pero algo traumático y fuerte ha sucedido, para que lamentablemente, se cambie la relación y pasen de ser «compañeros de camino» a convertirse en «objetos, o cosas de usar y tirar«.
Los perros han demostrado que pueden prestar una ayuda extraordinaria siempre. Se olvida, que los perros si son adestrados pueden ayudar, y mucho a detectar el Covid-19 que tanto nos preocupa. Gracias a su olfato lo detectan en la saliva o en la orina.
«Dado que el SARS-CoV-2 no solo ataca los pulmones, sino que también daña los vasos sanguíneos, los riñones y otros órganos, se supone que el olor a orina de los pacientes también cambia. Esto es algo que los perros, con sus órganos olfativos altamente sensibles, notan de inmediato».
Según la ONG británica Medical Detection Dogs creen que también pueden detectarlo, pues ya han ayudado a detectar el cáncer y pueden detectar la enfermedad de Parkinson, incluso antes de que la enfermedad se manifieste.
La citada, Anna Mulà ha dicho: «Se dispara el abandono de mascotas tras el final del confinamiento. Esto supone que a un animal se le está tratando como una mera herramienta para cubrir una necesidad que, después, al llevarse a cabo de esta manera tan inconsciente y cosificando a los animales, da lugar a que no se asuma la necesaria obligación que supone tener un animal; entonces, abandonarlo te resulta mucho más sencillo». Tras la desescalada y con la llegada del verano, «ya se están detectando casos de abandono fruto de esta etapa de confinamiento«.
Según la citada organización RSCE, «el abandono de perros ha aumentado un 25% desde el inicio de la desescalada. Solo a finales del pasado mes de mayo –durante las primeras semanas en las que se relajaron las restricciones de movilidad en la mayoría de provincias– se contabilizaron unos 2.000 abandonos de perros en España».
El abandono es muy difícil de cuantificar, porque, el número de animales que llega a un centro de acogida, es solo una parte del total; muchos de los animales que se abandonan acaban muriendo de hambre, atropellados o por una enfermedad; otros acaban asilvestrados o recogidos directamente por alguna familia.
La Asociaciones Protectoras y de Defensa Animal (FAPAM) estima que la cifra de abandonos al año, es superior a los 300.000. Esta cifra supondría una media de tres animales abandonados cada cinco minutos en España. ¡Alarmante!
2) Un recuerdo, para ellos.
Hace no muchos años, cuando el ébola, la gente salió a la calle en 24 ciudades, en protesta por la gestión sanitaria y por un perro que había fallecido. Hay vídeos.
Ahora, los fallecidos han sido muchos humanos, por infección del virus. Puede ver…
«Los animales de personas fallecidas que no han tenido una respuesta adecuada por familiares o amigos cercanos han tenido un destino poco adecuado como puede ser el abandono«. Además, la crisis del Covid-19 ha dejado en evidencia, según A. Mulà la deuda histórica que tiene el sector público con las políticas de protección animal.
He tenido y tengo perros, sé de lo que hablo. Comparto con vosotros unos versos del poeta y Premio Nobel chileno, Pablo Neruda:
Ahora él ya se fue…
Y yo, materialista que no cree
en el celeste cielo prometido
para ningún humano,
para este perro o para todo perro
creo en el cielo, sí, creo en un cielo
donde yo no entraré, pero él me espera…
para que yo al llegar tenga amistades.
Ay no diré la tristeza en la tierra
de no tenerlo más por compañero
que para mí jamás fue un servidor.
No, mi perro me miraba dándome
la atención necesaria
para hacer comprender a un vanidoso
que siendo perro él,
con esos ojos, más puros que los míos,
perdía el tiempo, pero me miraba
con la mirada que me reservó
toda su dulce, su peluda vida,
su silenciosa vida,
cerca de mí, sin molestarme nunca,
y sin pedirme nada…
3) La señal que anuncia algún suceso, es preocupante.
No se olvide que algunos hablan de un proceso hacia el Nuevo Orden Mundial. Lo incluyen en el objetivo de «La gobernanza mundial» con un gobierno único y una economía única. Están mezclando políticas sanitarias, tecnológicas, políticas y económicas. Se destruye para absolutizar al Estado. Destruyen empleo, pero «dan algo del estado», para que se agradezca y se dependa de él. Al aumentar su poder económico, terminan aumentando su poder político, porque los ciudadanos no son libres, sino dependientes, controlados tecnológicamente y fiscalmente. Ya no quedan más que dos clases: la clase política y la sociedad civil y dependiente.
Según explican: los humanos, lamentablemente, también, están siendo desprovistos de valores absolutos para ser instrumentos cosificados del poder absoluto. Los gobiernos no trabajan por el bien de «todos». Todo tiene un por qué, que no se dice, pero está. Y como dice en su libro Grégor Puppinck, Mi deseo es la ley.
¿Alguien se ha preguntado, por ese suceso aquí en España? El abandono de las mascotas tal vez sea, pues, síntoma o presagio de algo terrible. Uno de los datos más escalofriantes que deja la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre es el número de inactivos en España. Se trata, según la definición oficial, del colectivo de más de 16 años que ni tienen trabajo, ni lo buscan o pueden buscar activamente: 17,5 millones. Es «un récord insoportable de personas inactivas».
Posiblemente esas mascotas, más que denotar irresponsabilidad, puede denotar que el paro es tan brutal, -si se cuentan los ERTEs y los Autónomos que han tenido que cerrar, y las pérdidas de empleos en plena campaña turística-, que es que no tienen para poder cuidarles y alimentarles.
Y es que según los medios: España sufrió un desplome histórico en el segundo trimestre: la economía se hundió un 18,5%. O en términos interanuales, esto es, en comparación con el mismo período del año pasado, el desplome provocado por la crisis del coronavirus entre abril y junio alcanza el 22%. Son los peores datos en la historia moderna de España y la peor en tiempos de paz. Se ha disparado el gasto.Españoles y europeos, esperan que se les explique en que trabajan los 732 altos cargos de la actual administración del gobierno de coalición.
Produce realmente escalofrío, que la emergencia sanitaria, en palabras del Presidente se haya convertido en una «emergencia económica y social». ¿Lo va a levantar la inyección económica de la UE? Tal vez los gobiernos y los políticos, en la gestión de la crisis, tendrían algo que hacer, cuando terminen de aplaudir en el Congreso. ¿Ni siquiera una autocrítica?
Desgraciadamente las mascotas no tienen «abuelos» a dónde acudir, si su dueño les abandona.
José Manuel Belmonte