En cualquier situación y de cualquier situación: el sol sale.
Ayer lo aprendí, en el concierto por NIPACE.
Me lo enseñaron ellos. Lo vi en todo. Lo sentí.
El rostro de los niños, su sonrisa, sus ganas de vivir y de luchar.
Las mamá, los papás, las familias, con amor, con dolor, con alegría.
Repartían abrazos, besos y risas. El alma entera se veía al trasluz.
La juventud que colabora y vendían recuerdos, como ayuda.
Los técnicos que ponen sus conocimientos para rehabilitar y ayudan.
El equipo todo de la Fundación, saludando, mostrando lo que se puede hacer.
Guadalajara entera llenando el aforo del teatro y vibrando con la música.
Era de noche. Comenzó una lluvia suave, como si el cielo quisiera estar allí.
Los paraguas por la calle ponían la nota de color.
Al ir llegando la gente intercambiaba saludos y gestos de amistad.
¿Quién no conoce a alguna de estas familias especiales? Se saludaban.
El programa de la Música Concierto por NIPACE lo recibían al pasar.
Poco a poco fueron pasando y se fueron acomodando en sus butacas.
Todos parecían traer ganas de ser solidarios y de disfrutar.
El telón estaba subido y se veían las sillas de los músicos y un piano.
Cuando se apagaron las luces entraron los componentes de la orquesta.
La Directora, Elisa, espléndida, hizo su aparición y comenzó la velada.
El Coro Ciudad de Guadalajara, con vestimenta negra, llegó a continuación.
La Escolanía, totalmente de blanco, entró para la segunda canción.
Cada actuación era acompañada con la proyección de un video especial.
El público había quedado atrapado por la magia de la música y la imagen.
Se le veía disfrutar, por el calor de los aplausos. Y …así hasta el final.
Con el HALLELUJAH de Cohen llegó la apoteosis. Todo fue una maravilla.
Tantas personas en el escenario vibrando musicalmente y dando lo mejor de
sí por una causa extraordinaria como NIPACE, impone y emociona.
Ramón, Presidente de la Fundación Nipace, entregó un ramo a la Directora.
Luego se dirigió al público para agradecer su presencia y su colaboración.
Habló con cariño de los niños y también del cariño que recibían en Nipace.
Puso en valor el papel de la familia, en especial de las madres . Lo son todo.
Y Elisa, premió a la audiencia con ELOISE , como despedida apoteósica.
El amor, ha sido el ala, de este vuelo musical, por estos niños especiales.
Nos llevamos el regusto, la humanidad reconfortada y la certeza de que
en cualquier situación y de cualquier situación el sol sale y brilla, si hay amor.
Siempre hay un por qué y un para qué. En este caso hubo también un
de quien LA SOCIEDAD MUSICAL, CORO Y ESCOLANÍA de Guadalajara,
y para quienes, los niños y la FUNDACIÓN NIPACE.
José Manuel Belmonte.