En la lucha contra la Naturaleza las actitudes, violentas de cualquier tipo, parecen demandar un pensamiento y una actitud más positiva. Y si es posible, que sean muchos quienes piensen así a lo largo y ancho del Planeta. No un día, sino al menos un minuto cada día de los 365 del año. Esa energía positiva es capaz de enfrentarse a las mayores amenazas y desastres. Es importante para cada uno y para todos, y en especial para la Madre Tierra.
Examinando el panorama cultural mundial y social, 3 noticias merecen un poco de atención: 1) El Informe PISA 2018; 2) La Cumbre climática en España; 3) El grado universitario de un niño de solo 9 años.
1) Las pruebas de PISA 2018 y el diagnóstico de la OCDE, han puesto de manifiesto que el sistema educativo sufre una crisis y pierde fuerza. Se aprecia una decadencia porque no hay mejoría. En general, en los alumnos de 15 año, en ciencias, matemáticas y comprensión lectora, han obtenido peores resultados que cuando arrancó esa prueba el año 2000.
Curiosamente, los Centros Escolares y las Universidades están muy agitados. Los jóvenes, secundan manifestaciones contra el clima y otras propuestas, sin importar quién las convoque ni por qué. Las televisiones, los informativos, los responsables políticos, los medios de seguridad realizan un despliegue mediático de focos y protección a la activista climática Greta Thunberg. ¿Por qué? Tal vez ella, y la nube de fotógrafos y fans, lo sepan. Pero no parece que deba ser protagonista una niña que no pisa un colegio. Mover los hilos de la manipulación es fácil. Pensar… es distinto, porque está otro nivel. Aunque sea verdad que hay que proteger a las generaciones actuales y futuras.
2) La Conferencia sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (COP25) se celebra en Madrid del 2 al 13 de diciembre después de que la ONU aceptara la oferta del Gobierno de España ante la imposibilidad de hacerlo en Santiago de Chile. A nivel mundial 2019 cierra la peor década de la crisis climática. De hecho, la Eurocámara declaraba la emergencia climática, reclamando medidas urgentes de dirigentes mundiales, empresas y ciudadanos.
La Humanidad en general, ha pasado de los científicos y expertos que habían lanzado un gran AVISO A LA HUMANIDAD. El primero de los avisos, en 1992, venía firmado por 1700 científicos, de 71 países. ¡Merecía la pena escucharlos y difundir la advertencia!
Los científicos dejaron prudentemente, transcurrir un cuarto de siglo. Ante la indiferencia, se vieron obligados a lanzar UN SEGUNDO AVISO A LA HUMANIDAD, en 2017, esta vez firmado por 15.384 científicos de 184 países. Es decir, una representación cualificada de TODOS los países. Escuchar a los sabios no es difícil, pero no son políticos.
Cierto que hubo un leve intento de hacer algo, con el llamado Acuerdo de Paris (12 de diciembre de 2015); de hecho el Ministro de Asuntos Exteriores francés, Laurent Fabius, dijo que este plan era un «punto decisivo histórico» en el objetivo de reducir el calentamiento global, pero cubriría el periodo posterior a 2020. ¡5 años es mucho! Ya en 2017 Estados Unidos, se retiró del acuerdo. La advertencia de los 15.384 científicos saltaba por los aires. Stephen Hawking, en 2017 había sido incluso más contundente: «Tenemos que salir de la Tierra». «No tenemos futuro si no colonizamos el espacio». «Solo tenemos 100 años para colonizar otros planetas».
En Madrid, pese a las ausencias de destacados líderes mundiales, el anunciado compromiso de casi 80 países para llegar a cero emisiones de carbono para el año 2050, parece un buen principio. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, pretendía marcar «un punto de inflexión» en el deterioro del clima y el aumento de las temperaturas. De no cumplirse el acuerdo de Paris, si no se toma conciencia, la temperatura marina podría llegar a subir a los 3ºC, así que advierte: «estamos en el hoyo y cavando y es demasiado tarde para escapar».
Por eso, ha dicho:»Nuestra guerra contra la Naturaleza tiene que parar». «La especie humana ha estado en guerra con la Naturaleza y ahora ella contraataca». «Estos cinco últimos años han sido los más calurosos de la historia; el mar está alcanzando niveles de récord; los océanos se están acidificando, tienen menos oxígeno; los casquetes polares se están derritiendo; la diversidad terrestre y marina está amenazada; los desastres naturales son cada vez más frecuentes y destructivos; la sequía está aumentando a una velocidad alarmante y la contaminación asociada al cambio climático se ha cobrando siete millones de vidas… Así que, de no cumplirse el Acuerdo de París, el cambio climático supondría una seria amenazada para la Humanidad».
Anuncian los científicos expertos que los próximos 30 años -que faltan para 2050- serán muy duros. No sé si los jóvenes son totalmente conscientes, cuando se manifiestan, pero tendrán que enfrentarse a las consecuencias de la inacción política, económica y social. La Naturaleza no se detiene. La clase política, sin verdaderos líderes, se encuentra cada vez más dividida para tomar medidas urgentes y globales. Y son necesarias.
3) Laurent Simons, este mismo mes obtendrá la Licenciatura en Ingeniería Eléctrica.
Empezó la escuela primaria con 4 años, la secundaria con 6 y entró en la universidad el pasado marzo (2019), con 9 años.
Y, en tan solo 9 meses, -este mismo mes de diciembre- obtendrá el Diploma de Licenciado en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Eindhoven, al sur de Holanda. De momento, Laurent se encuentra trabajando en su proyecto de final de grado: «un chip electrónico conectado al cerebro».
Para ello ha tenido una enseñanza personalizada, porque la enseñanza de la escuela clásica era muy lenta para él según cuenta su madre Lydia Simons. Y es que se le apreció un CI (Coeficiente Intelectual) de 145; lo que suponía 40 puntos por encima de la media.
Sus padres viven en Amsterdam. Si bien la genética y el entorno donde se desarrolla un niño juegan un gran papel, al alcanzar ya los 145 puntos, no es de extrañar que la prensa se refiera a este niño superdotado, como el «pequeño Einstein».
Por ello Laurent se ha convertido en toda una estrella mediática en Bélgica y Holanda y cuenta con más de 43.000 seguidores en Instagram.
Su padre le lleva a la Universidad diariamente porque es un niño, y para que él vaya a su ritmo. «Los lunes me presentan los cursos que daré esa semana, los martes tengo prácticas, los miércoles es mi día de estudio, los jueves tengo tutoría con los profesores y los viernes hago exámenes», explicó Laurent. Su madre, que es holandesa, puntualiza que, «si no quiere hacer un examen en el día previsto, puede posponerlo». Tratan de «encontrar un equilibrio», impedir la presión mediática y académica, que pueda estudiar, jugar y ser un niño. El mismo dice, «me gusta jugar con mis amigos, jugar a videojuegos, estar con mi perro y ver Netflix». Y los padres ratifican:»Su vida universitaria y su vida personal están muy separadas».
De hecho, sus padres están muy pendientes de él. «No puede tomar el tren solo», y su padre le acompaña, pero además suele admitir regularmente entrevistas con su hijo.
Según el director del trabajo de la Universidad, Sjoerd Hulshof, el curso que sigue es considerado, en general, como «difícil», para quienes tienen más edad y han seguido regularmente los cursos anteriores, si bien «las cualidades de Laurent son simplemente extraordinarias»; y el profesor añade, es «el estudiante más rápido que hemos tenido. No sólo es súper inteligente, sino también muy amable».
Aunque no sabe aún qué va a ser, ni qué carrera seguirá, la electrónica le gusta, parece que quiere investigar en órganos artificiales para ayudar a las personas.
Los padres están muy pendientes, porque «es importante darle a Laurent la oportunidad de continuar desarrollándose académicamente». No debe ser tarea fácil ser padres de un niño superdotado.
Por eso Alexander su padre, que es belga de 37 años, ya está en contacto con universidades de los Estados Unidos, con vistas al próximo año, pues tras la Licenciatura, su hijo parece que desea dedicarse a la Medicina.
Quienes vivimos aquí y ahora, sus contemporáneos, estamos de enhorabuena, por Laurent, porque lo que importa no es el título que conseguirá este mes, ni siquiera el saber, sino el ser. Para él y para nosotros «ser» no es ni será nunca una asignatura. Para todos, estemos donde estemos, la profesión principal de un ser humano es descubrir el manantial de la vida y lo que elija ser libremente. Si, gracias a su coeficiente intelectual y su rápido aprendizaje académico, puede ayudar a mejorar la vida algún ser humano o la de todos, habrá descubierto lo mejor de sí mismo y tal vez lo que la Humanidad necesita con urgencia.
¡Ojalá tu lámpara, Laurent, siga creciendo y arroje algún rayo de luz en nuestro camino!
José Manuel Belmonte