Es curioso observar cómo en el mundo del cine los directores de cine únicos, ya sean buenos o malos, nos gusten más o menos, dejan sus huellas en sus coetáneos y/o en sus sucesores.
La reciente visión de la película de Almodóvar y la esperada nueva película de Tarantino nos proponen los dos ejemplos más conspicuos de lo que quiero decir.
En el primer caso, pese a la buena recepción crítica que siempre tienen (casi) todas sus películas y la gratitud del público internacional, Almodóvar es un maestro difícil de reescribir, y su influencia en el cine contemporáneo siempre ha terminado por ser más un fantasma que no se deja ver o un torpe remedo de su estética, demasiado embarullado y de burda comicidad. Quizás sea la serie Paquita Salas uno de los pocos ejemplos que creo ver de su influencia en el audiovisual español actual, lleno de ingenio, inventiva y originalidad, sin quedarse en la mala copia.
Con Tarantino ocurre exactamente lo contrario: aunque no imagino a nadie capaz de escribir guiones equivalentes a los magníficos ejemplos de cualquiera de sus películas, sin embargo, numerosas películas norteamericanas (o no) se han quedado en esa tierra, cultivada con esmero por el excelente Tarantino, abonada a partes iguales por el desarrollo narrativo guadianesco, laberíntico y rizomático que siempre encuentra al final su mapa exacto, en donde las relaciones entre personajes y sucesos quedan explicadas a la perfección y todo encaja; una (discutida y discutible) estética de la violencia casi circense y, finalmente, un humor socarrón, a veces subterráneo, otras exagerado, que intenta convertir sus historias en espectáculos circenses repletos de set pieces (aunque parece no conseguirlo siempre, si vemos las controversias críticas que ocasiona el visionado de sus películas entre la crítica avezada).
En fin, con Venganza bajo cero, nos encontramos con una de esas películas a lo Tarantino, bien escrita, con una puesta en escena diligente y coherente, con un relato lleno de recovecos dramáticos bien hilados y mejor expuestos, “lleno de ruido y de furia” (como decía Shakespeare), una violencia articulada y diseñada con una complejidad inteligente, y todo ello adornado con un humor negro sarcástico y bien escrito, que permite al gran Liam Neeson apuntarse otro tanto en su “otra carrera”: la del actor espídico y héroe de acción “cotidiano” que tanto se aleja de sus trabajos más serios y dramáticos, pero que interpreta a la perfección y propone una identificación con el espectador más sencilla y directa, por muy enrevesada que sea la trama.
La película es divertida, se ve con necesidad de más, despertando en el espectador el deseo de seguir viendo, entre la risa, el asco y la satisfacción de sus pulsiones de muerte, mediante el discutible procedimiento moral de convertir la venganza y la muerte en cosas para el entretenimiento y el espectáculo, en donde los cuerpos no son más que objetos y la muerte nada más que un acto banal de oficinista acostumbrado a la sangre, eso sí: repleto de un humor negro no apto para paladares exquisitos o cinéfilos teóricos.
Personalmente, considero a Tarantino el Orson Welles del siglo XXI (y lo digo así para provocar, presunto lector) y esta película un divertimento excelente para ver sin prejuicios, a su sombra, frescamente veraniega.
Sinopsis: Un conductor de quitanieves lleva una vida tranquila hasta que la muerte repentina de su hijo hace que se vea envuelto en una guerra entre narcotraficantes, armado solo con maquinaria pesada y la suerte del principiante. Remake de la película noruega «Uno tras otro». (FILMAFFINITY)
Ficha técnica:
Título original: Cold Pursuit
Año: 2019
Duración: 118 min.
País: Reino Unido
Dirección: Hans Petter Moland
Guion: Frank Baldwin (Remake: Kim Fupz Aakeson)
Música: George Fenton
Fotografía: Philip Øgaard
Reparto: Liam Neeson, Laura Dern, Emmy Rossum, Julia Jones, William Forsythe, Elysia Rotaru, Tom Bateman, Aleks Paunovic, John Doman, Domenick Lombardozzi,
Productora: Coproducción Reino Unido-Noruega-Estados Unidos-Canadá-Francia; StudioCanal / Paradox Films. Distribuida por Lionsgate