Tribuna libre: Seo/BirdLife
Esta semana recibíamos en SEO/BirdLife una inesperada noticia desde Sudáfrica. No es algo habitual, pues “nuestras” aves normalmente no migran tan al sur. La recuperación de una golondrina anillada en septiembre de 2016 en Azuqueca de Henares (Guadalajara) y recuperada viva en una sesión de anillamiento científico enMpumalanga, Sudáfrica, el pasado 26 de marzo a más de 8.000 kilómetros de distancia es motivo de celebración.
Con apenas 20 gramos de peso, esta pequeña ave cruza dos continentes dos veces al año. Conservar sus lugares de invernada, sus lugares de alimentación y descanso durante la migración y sus lugares de cría es fundamental para poder conservar a estas aves que, poco a poco, están desapareciendo.
España, clave para las aves migratorias
La golondrina común (Hirundo rustica) es una pequeña ave que cada año viaja de África a Europa en primavera para criar en nuestras latitudes, mientras que en otoño hace la ruta contraria para pasar el invierno en África con temperaturas más benignas y más alimento, ya que son aves insectívoras.
Se trata de una de las aves más anilladas en el mundo, pues ha despertado gran curiosidad entre los humanos desde el principio de los tiempos.
La península es, durante el otoño, un lugar fundamental en la migración de las aves europeas camino de África. Las golondrinas que crían en la península invernan en el golfo de Guinea en su mayoría, aunque cada vez hay más aves que se quedan en el sur de la península.
Recibir los datos de una anilla de golondrina común desde Sudáfrica nos indica que el ave no había nacido en la península y que era un ave en paso, seguramente británica. Si consultamos el “Atlas de migración británico” realizado con los datos de anillamiento y recuperación británicos comprobamos que las golondrinas británicas sí invernan en el sur de África.
Lo interesante además es la fecha de la recuperación, el 26 de marzo, en la que ya se observan golondrinas en casi toda la península mientras que en Reino Unido aún no han llegado.
Por lo tanto las golondrinas que crían en el norte de Europa, aunque tengan una ruta más larga, salen de África todavía más tarde. Gracias al anillamiento científico además conocemos el estado físico del ave cuando fue capturada, y presentaba grasa acumulada, un indicador de que el ave comienza su migración.
Gracias además al programa Migra de SEO/BirdLife que cuenta con el apoyo de la Fundación Iberdrola, se pudieron marcar varias golondrinas que criaban en laUniversidad Autónoma de Madrid con geolocalizadores gracias al grupo de anillamiento SEO-Montícola, y al analizar los datos de los mismos estos refutaban los datos obtenidos mediante el anillamiento delimitando las zonas de invernada.