Los embalses de Entrepeñas y Buendía en la cabecera del Tajo, entre las provincias de Guadalajara y Cuenca, han alcanzado a finales de este mes de marzo el 58,3 y el 32,5 por ciento de su capacidad, respectivamente, con un total de 1.000 hm3 de agua embalsada, una situación que no se registraba desde 2012 y todo gracias a unas últimas semanas de lluvias intensas.
Según han informado en un comunicado fuentes de la asociación de municipios ribereños de esos embalses, «esta lámina de agua debería ser el semáforo en rojo, no un ámbar o un verde como pregonan desde levante donde ya dan por suya el agua de la cabecera del Tajo”.
Por ello, han animado a los visitantes a que conozcan en los próximos meses esta «maravillosa comarca», pero a la vez han denunciado que «ante las numerosas voces que ya se frotan las manos esperando agua a mansalva«, en relación a los regantes del levante peninsular, «hay que decirles que esta agua es del río Tajo, patrimonio de todos los españoles, no de los regantes”.
La asociación de municipios ribereños ha añadido que «los embalses son cajas de ahorro para los momentos complicados, no pagas extra a dilapidar como si no hubiera un mañana”.
“En Alicante y la Región de Murcia tienen otras fuentes de agua disponible, sin entrar al necesario redimensionamiento de sus regadíos, que deberían afrontar para hacer su industria sostenible y sobrevivir al cambio climático sin destrozar el Mar Menor”, han manifestado.
Finalmente, esta asociación ha pedido al ministerio de Transición Ecológica que «acelere el cambio de las Reglas de Explotación del Trasvase y las adecúe a las necesidades del río, no a los intereses económicos de una agroindustria que, en su exceso, se muestra perjudicial para el medio ambiente».