Siguen las incautaciones diarias de níscalos recolectados de forma ilegal por grupos organizados que luego los ponen a la venta fuera de los circuitos comerciales ordinarios.
En esta ocasión, la Guardia Civil de Atienza ha interceptado en la tarde de hoy jueves 12 de noviembre a una furgoneta en los pinares de Valverde de los Arroyos cargada con 100 kilos de níscalos.
Por estos hechos, ha sido identificada y propuesta para sanción una persona.
Ayer mismo, la Guardia Civil incautó otros 130 kilos de níscalos recolectados igualmente de forma ilegal en el municipio atencino. Según el Instituto Armado, desde que comenzó la temporada de setas el 23 de octubre, se han incautado más de tres toneladas, 3.000 kilos, de forma ilegal.
¿Qué se hace con los cientos de kilos de níscalos incautados?
Hay que recordar que las leyes autonómicas solo permiten la recogida por persona y día de 5 kilos de níscalos en los bosques de nuestra provincia, por lo que todo el exceso se considera infracción, que puede calificarse de leve a muy grave, con multas que van desde los 100 al millón de euros.
Los níscalos incautados se ponen a disposición del titular del monte en el que fueron recogidos, normalmente la Junta de Castilla La Mancha o los propios ayuntamientos, que suelen declinar la oferta y autorizan a los agentes a destruir el producto incautado.
Esta destrucción se lleva a cabo en los vertederos de residuos orgánicos más próximos al lugar de la incautación y tiene lugar porque se desconoce el estado real de las setas. Según informó el Seprona de Guadalajara a este diario, algunos furtivos han llegado a confesar a los agentes que echaron productos tóxicos en algunos níscalos para evitar que nadie más los pueda aprovechar.
Uno de ellos, incluso, manifestó que «se había orinado en las cajas de setas» previamente a ser parado por la Guardia Civil.
A esa duda de contaminación humana se une el hecho también de que los furtivos recolectan los níscalos con azadones y rastrillos, algo prohibido porque arrasa con todo el mantillo del bosque. Y en ese mantillo, a la vez que hay níscalos, también puede que haya otro tipo de setas de estructura tóxica que haya estado en contacto durante la recolecta con los propios níscalos».
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