La empresa Isover, dedicada a la fabricación de aislamientos térmicos y acústicos, ha puesto en marcha un plan integral para la reducción de residuos y emisiones a la atmósfera, en el que invertirá un total de 2,5 millones de euros y con el que pretende, además, llegar al “vertido cero” en materia de aguas residuales.
Según informa el director de esta planta José Vicente Cordera, además se está tratando de reducir el número de chimeneas que realizan emisiones a la atmósfera “para mejorar el impacto ambiental y visual de la zona”.
Respecto a los residuos, la compañía utiliza un sistema de separación selectiva que le ha permitido alcanzar el objetivo “cero vertidos” de aguas industriales al río Henares.
“Isover implanta todas estas medidas dentro de un plan integral de protección del medio ambiente y de su adaptación al Protocolo de Kyoto, para lo cual se utilizan todo casco de vidrio reciclado puesto a nuestra disposición, además de un horno eléctrico”, explicó este directivo.
Todas estas medidas han hecho que en materia de emisiones de CO2 “seamos una de las fábricas dentro del sector del vidrio, con menores tasas de emisión de gases de efecto invernadero de toda la UE”.
Isover, perteneciente a la multinacional francesa Saint Gobain y que cuenta con más de 400 empleados en su planta azudense, está dedicada a la fabricación de lana de vidrio con la marca Isover y lana de roca con la marca Roclaine.
Su capacidad de producción es de más de 70.000 toneladas al año y una facturación superior a los 100 millones de euros anuales.