La declaración del estado de alarma para encauzar las medidas adoptadas para combatir la pandemia del COVID-19 ha provocado un cambio en la evolución de los índices de criminalidad, que a partir del pasado 14 de marzo, y hasta el 31 de dicho mes, han experimentado un descenso de un 73,8 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2019.
La Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior ha analizado la evolución de la criminalidad durante el pasado mes de marzo, en comparación con el mismo mes del año anterior, y la incidencia que en ese ámbito ha tenido la declaración del estado de alarma. El análisis se ha realizado a partir de los datos facilitados al Sistema Estadístico de Criminalidad (SEC) por Policía Nacional, Guardia Civil, Policía Foral de Navarra y aquellos cuerpos de Policía Local que habitualmente facilitan datos al sistema.
Las estadísticas de Ertzaintza y Mossos d’Esquadra por fecha concreta de comisión de las infracciones penales no llegaron a tiempo para la realización del estudio, por lo que los datos facilitados por el resto de los cuerpos policiales que operan en País Vasco y Cataluña no han sido utilizados en la elaboración del informe.
Desde el pasado 14 de marzo, fecha de la entrada en vigor del estado de alarma, y hasta el 31 de ese mes, los cuerpos policiales mencionados más arriba registraron 19.656 infracciones penales. Esta cifra supone una reducción de un 73,8 por ciento respecto al mismo periodo de 2019, en el que los posibles delitos registrados fueron 75.059 (TABLA 1).
El estado de alarma supuso un cambio en la evolución de la criminalidad durante marzo, que en sus primeros trece días había registrado 61.347 infracciones penales, un 8 por ciento más que en el periodo equivalente de 2019. En conjunto, el pasado mes se cierra con un total de 81.003 actos presuntamente delictivos conocidos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, un 38,6 por ciento menos que en el mismo mes del año anterior. La gráfica de la evolución mensual muestra que la caída de la criminalidad se inició el día 11 y se acentuó a partir de la declaración del estado de alarma (GRÁFICO 1).
La evolución territorial de la criminalidad durante el estado de alarma presenta un comportamiento similar (TABLA 2), aunque intervienen dos factores adicionales:
- Las comunidades autónomas más afectadas por la crisis del COVID-19 presentan una reducción más acusada de sus índices de criminalidad. Es el caso de Madrid, con una caída del 84,1 por ciento.
- El descenso de la criminalidad es mayor en los núcleos urbanos más poblados y en los que la presencia policial ha sido más evidente. En aquellas poblaciones de más de 100.000 habitantes, la reducción del índice de actividad delictiva ha sido de un 79,7 por ciento.
Tipologías delictivas
Los delitos contra la seguridad vial, los delitos de odio y los relacionados con el tráfico de drogas también presentan una caída durante la vigencia del estado de alarma el pasado mes de marzo, en proporción similar y equiparable a la mayoría de las infracciones penales conocidas (TABLA 3).
Por su parte, los delitos patrimoniales, que habitualmente constituyen el 75 por ciento del total de los conocidos por las FCSE, presentan un patrón de descenso equiparable al resto de las tipologías delictivas (TABLA 4). Sin embargo, la declaración del estado de emergencia redujo su peso proporcional en el conjunto de la criminalidad a un 54,1 por ciento sobre el total. Por tipologías penales concretas, las que presentan un mayor descenso son las estafas.
Junto al descenso estadístico, el estado de alarma ha modificado el peso específico de las distintas tipologías de delitos patrimoniales respecto del conjunto del grupo, en el que cobran preponderancia las estafas y robos con fuerza en comparación con el mismo periodo del año anterior (TABLA 5). Respecto al lugar específico de comisión, descienden en general para todos los lugares, si bien la caída de los atracos a estancos (21 por ciento) y farmacias (35 por ciento) no es tan elevada como en el resto.
Víctimas y detenidos
El número de víctimas afectadas por las diferentes infracciones penales comunicadas a la Secretaría de Estado de Seguridad durante el estado de alarma muestra el mismo patrón descendente apreciado en los índices de criminalidad, tanto por sexos como por los diferentes grupos de edad (TABLA 6).
La evolución del número de personas detenidas e investigadas por su presunta responsabilidad en una infracción penal durante la vigencia del estado de alarma muestra las mismas pautas descendentes que la de la criminalidad en general, aunque incluye un factor diferenciador importante: un alto índice de variación al alza de las detenciones por hechos relacionados con resistencia y desobediencia a la autoridad (519,1 por ciento) en los controles de cumplimiento del confinamiento impuesto durante el estado de alarma.
Esa es la misma razón por la que los atentados a agentes de la autoridad, aunque también reducen su casuística, lo hacen en menor medida que el resto de las tipologías penales, ya que el número de detenidos e investigados se reduce solo en un 8 por ciento.
El perfil tipo de la persona detenida e investigada durante el estado de alarma por cualquier causa es el de un varón comprendido en los grupos de edad de 18 a 40 años y de nacionalidad española (GRÁFICO 2).