El otoño es una época de disfrute, en la que hace falta salir preparado al campo, siempre provistos de una chaqueta, chubasquero o paraguas. Las temperaturas generalmente son templadas, y esto hace que el paseo siempre sea más agradable después de los rigores estivales.
Visita obligada es el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, donde se pueden encontrar las mejores representaciones de los bosques caducifolios, formados por robles, arces y hayas, principalmente. Algunos de estos como en el caso del hayedo de Tejera Negra, en el municipio de Cantalojas, para el que resulta imprescindible la reserva de plaza para su visita, ya que el acceso es limitado.
Pero cualquier rincón de la sierra que tenga algún tipo de formación arbórea de estas características va a presentar una imagen de gran belleza para nuestra vista. Algunos bosques de estas características los vamos a encontrar en municipios como son los de Villares de Jadraque, Garcueña de Bornova, Bustares, El Ordial, Arroyo de las Fraguas, y un largo etcétera de pequeños pueblos con gran encanto que salpican la sierra, en este caso en el entorno de la Sierra del Alto Rey.
Otra de las joyas visuales de las que se puede disfrutar, son los sotos fluviales o riberas de los ríos, ya que en gran medida están formadas de distintas especies de chopos, álamos, alisos, abedules, y en esta época cambian su color verde habitual por amarillos vivos durante el proceso de la pérdida de hoja. Esto hecho resulta muy visual ya que el serpenteante amarillo de estos bosques de galería, se introduce en el dominio de los naranjas y rojos de los robledales, generando un paisaje sin igual.
Si el visitante se adentra en alguno de estos bosques, siempre respetando las normas y las propiedades privadas, y utilizando caminos y sendas habilitadas, puede tener la fortuna de disfrutar de multitud de especies de setas. El objetivo tampoco tiene que ser siempre la recolección, ya que en muchas ocasiones la observación de sus diversas y caprichosas formas, será suficiente para el goce y disfrute.
Mucho cuidado con lo que se coge, siempre hay que conocer las especies y además cumplir con la normativa existente para su recolección. En la mayoría de los casos resulta necesario el pago de tasas y cumplir con normas y cupos de recolección.
El mayor regalo que se puede tener en esta época no nos acompaña en la cesta de vuelta a casa, sino que se guarda para siempre en nuestra memoria. El medio natural es una fuente inagotable de conocimientos y experiencias que aportan felicidad y energía para el día a día en el trabajo, estudios y demás obligaciones.