Este miércoles 11 de agosto, es santa Clara de Asís, la hermana, compañera y discípula ideal de san Francisco de Asís.
Es fiesta grande en las comunidades franciscanas de la diócesis: las Clarisas de Sigüenza y de Molina de Aragón y en los Franciscanos de la Cruz Blanca de Guadalajara.
Según han informado fuentes del obispado de Sigüenza Guadalajara, las celebraciones de este año se ajustarán a las medidas de contención, prevención, higiene, austeridad y seguridad que reclama la pandemia.
Los franciscanos de la Cruz Blanca, un adiós muy corto
El 5 de octubre de 2017, a las 7 de la tarde, el obispo diocesano, moseñor Atilano Rodríguez, presidió una misa de despedida y de acción de gracias por el servicio de los Franciscanos en la ciudad de Guadalajara, con sede en la céntrica iglesia de El Carmen.
Según informaron entonces fuentes del Obispado de Sigüenza Guadalajara en un comunicado, concluían así 122 años de presencia ininterrumpida, en la que los Hermanos Menores Franciscanos (OFM), desde 1895, habían prestado ministerios de capellanías a comunidades religiosas, culto para el todo el pueblo de Dios, administración del sacramento de la confesión y la guía espiritual y pastorales de asociaciones como la Orden Franciscana Seglar y la Asociación Católica de Viudas, entre otros.
También, fomentaron el culto a la advocación mariana de la Virgen del Olvido, Triunfo y Misericordia, a san Antonio de Padua y la venerable madre Patrocinio, quien, en 1867 fundó en el convento de la iglesia de El Carmen una comunidad de concepcionistas franciscanas.
Unos meses después, en febrero de 2018, dos monjes franciscanos volvieron a este convento, recuperando la actividad religiosa y social que habían llevado a cabo sus antecesores durante más de cien años