El jueves 7 de diciembre volverán a arder, a partir de las 21 horas, las doce hogueras que prenden los doce mayordomos que componen la Hermandad de la Inmaculada de Horche.
Serán ya 347 años los que se iluminarán las calles de la localidad con esta tradición centenaria de origen religioso.
La Fiesta de las Hogueras de la Purísima está declarada de Interés Turístico Provincial desde los años noventa del pasado siglo y a ella acuden cada año cientos de visitantes para acompañar a los vecinos del pueblo, en una de sus celebraciones más concurridas.
Las hogueras, que se identifican con las doce estrellas que rodean la corona de la imagen de la Inmaculada, se encienden en la puerta de cada uno de los mayordomos a las nueve de la noche, y a partir de ese momento quienes se acercan a ellas serán agasajados con un vino de las bodegas de Horche y unos bollos elaborados en el pueblo.
Se da la particularidad de que la hoguera del Hermano Mayor tiene que ser más grande que las del resto de los hermanos.
A continuación, los mozos proceden a saltar las llamas en señal de purificación al grito de ¡Viva la Purísima!, como viene haciéndose desde el año 1670. Una vez consumidas las llamas, familiares y amigos se reúnen alrededor de cada hoguera a cenar asando sardinas.
La fiesta, organizada por la Hermandad de la Inmaculada Concepción de Ntra. Sra. la Virgen de la Soledad, cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Horche.
En concreto, son doce hermanos los que constituyen dicha hermandad, cargo que pasa de forma hereditaria de padres a hijos, decisión que es sometida a votación secreta por parte de los hermanos.
La hermandad se fundó en el año 1670 por Pedro Ibero Eraso, primer Hermano Mayor de la hermandad.
La particularidad de esta fiesta en Horche es que la Inmaculada Concepción de María no fue declarada dogma de fe por la Iglesia hasta 1854, aunque en el pueblo se construyó una capilla en su honor en el año 1630.
Las celebraciones religiosas de esta festividad comienzan nueve días antes con la Novena de la Purísima, que culmina el día 8 diciembre con la Santa Misa en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y su posterior procesión a través de las calles del pueblo.
Al día siguiente, se realiza una misa en honor a los Hermanos difuntos de la hermandad, concretamente en la Capilla de la Inmaculada situada dentro de la Iglesia parroquial. Posteriormente, desayunan en casa del Hermano portador de la insignia.
La indumentaria propia de los hermanos en estos actos es la capa, el hacha y el sombrero, aunque este último será portado por todos los miembros únicamente el día de la Virgen, salvo por el Hermano Mayor, el cual deberá portarlo en cualquier acontecimiento como respeto a la insignia.