Los dos caballeros que torearon ayer el festejo de Rejones de Sigüenza, David Gomes y Emiliano Gamero, salieron por la puerta grande de la Plaza de Las Cruces, según han informado fuentes municipales en un comunicado.
Torearon cuatro bravos novillos de la ganadería de Amparo Valdemoro, de Vilches, Jaén. Los cuatro dieron juego, con un tercero extraordinario.
Abrió plaza el portugués David Gomes. Gomes tuvo momentos brillantes en sus dos faenas, pero especialmente en la segunda en la que estuvo sobresaliente. En el primero escuchó palmas, que se hubieran podido convertir en oreja, si el novillo no hubiera tardado más de lo previsto en caer. Se enfrió la faena, que fue de más a menos.
Sí cuajó su tercero, en el que mostró su gran toreo a caballo. El portugués estuvo muy centrado con él desde el principio, templando la embestida y dejándose ver mucho, con detalles hacia el público como un par de banderillas al estribo. El novillo tuvo mucha movilidad.
Y, a diferencia de lo que ocurrió en el primero, Gomes mató bien. Después de que la presidencia, que ostentó María Jesús Merino, alcaldesa de Sigüenza, concediera las dos orejas, la plaza insistió, de manera unánime, en la petición de rabo, como así fue.
Por su parte, Emiliano Gamero, una estrella de la tauromaquia en su país, se fue de Las Cruces con tres orejas y un rabo. Su primero fue un animal manso, con querencias, y falto de fuerzas. Gamero supo, sin embargo, levantar al público de sus asientos con su arte a caballo, y tocar pelo.
En el segundo de su lote, el mejicano estuvo más templado, marcando las suertes, y dejándose ver con el toro. Su precisión con el rejón de muerte le hizo acreedor a las dos orejas y el rabo, los mismos trofeos que acababa de lograr Gomes.
Así, en una Sigüenza ya casi anochecida, los dos, mejicano y portugués, salieron por la puerta grande en una tarde de toros extraordinaria.