Ya están aquí las Perseidas. Como cada año por estas fechas en su camino de traslación alrededor del Sol, la Tierra atraviesa la zona más densamente poblada de los residuos y fragmentos rocosos que dejó el cometa periódico 109P/Swift-Tuttle en la última visita que realizó a esta zona, que fue hace 133 años.
Por este motivo, Rafael Bachiller, miembro de la Agrupación Astronómica de Guadalajara, Astroguada y director del Observatorio Astronómico Nacional, OAN, ha señalado que “este año el máximo de meteoros coincide en torno al fin de semana”, ya que está previsto para las madrugadas del 11 al 12 de agosto (del domingo al lunes) y del día siguiente (del lunes 12 al martes 13).
Situada en cuarto creciente, la Luna estará presente durante la primera parte de la noche, de ahí que el mejor momento para observar este año las Perseidas sin el estorbo de la luz lunar será a partir de la medianoche, cuando nuestro satélite natural estará ya muy bajo por el oeste, pues se acostará a eso de la una de la madrugada, según han informado fuentes de Astroguada en un comunicado.
Por su parte, Antonio García-Blanco, presidente de Astroguada, ha recordado que “las lluvias de meteoros se observan muy bien a simple vista, no hace falta ningún instrumento ni telescopio”.
Lo mejor es colocarse en un lugar con poca contaminación lumínica y con el horizonte despejado, sin olvidar que siempre es preferible vigilar la zona más oscura del cielo, sin luz lunar ni nubes.
El número de Perseidas por hora puede superar el centenar en los momentos en que la Luna no estorba y durante la máxima actividad (madrugadas de los días 12 y 13 de agosto), siempre que se haya buscado un sitio completamente oscuro y el radiante situado en la constelación de Perseo se encuentre alto sobre el horizonte.
“Pero como estas condiciones óptimas no suelen producirse, lo más razonable es esperar del orden de treinta meteoros por hora”, ha añadido García-Blanco.
Conjunción planetaria de Júpiter y Marte
Y si las Perseidas no se dejan ver, siempre se puede aprovechar para seguir el tránsito de los planetas. Así, las trayectorias de Júpiter y Marte son particularmente interesantes a lo largo de estos días, pues van aproximándose entre sí hasta el 14 de agosto cuando será posible verlos en conjunción.
Ese día, ambos astros estarán separados por tan solo un tercio de grado o, lo que es lo mismo, menos que el diámetro aparente de la Luna llena.
Rafael Bachiller ha manifestado que “para distinguir a los dos planetas hay que tener en cuenta que el brillo de Júpiter es muy blanco y en estos momentos dieciséis veces más intenso que el rojizo de Marte”.
Esta diferencia de resplandor se debe en gran medida al enorme tamaño del gigante gaseoso, lo que compensa sobradamente su mayor distancia (un factor 3,5) con respecto al planeta rojo.
No obstante, García-Blanco ha insistido en la oportunidad de estos días para disfrutar de las Perseidas, pues no hace falta ni conocer la ubicación de las constelaciones ni localizar a Perseo, que les da nombre.
“Las estrellas fugaces pueden aparecen por cualquier lugar de la bóveda celeste, así que conviene instalarse cómodamente, tumbado o en una silla reclinable, para tener una mayor visión del cielo y, a partir de ahí, solo se necesita tranquilidad y un poco de paciencia”, ha finalizado el presidente de AstroGuada.