In nocte ante festum, en la noche previa a la fiesta de la Inmaculada, en Molina se celebra todos los 7 de diciembre, tal y como ha venido ocurriendo desde hace justo ahora quinientos años, una particular misa del Gallo en la que el culto inmaculista sirve como preludio a las fiestas navideñas.
Crónica, vídeo y fotografías de José Luis Solano Provencio
Tal privilegio fue concedido por el papa León X en el año 1518, cuando la realización de liturgias nocturnas era restringida por la iglesia Católica a tan solo las celebraciones de Misa del Gallo en Nochebuena y la Vigilia Pascual en el Sábado Santo.
Molina de Aragón pasaba a ser de ese modo una excepción al convertirse, junto con la localidad murciana de Mula y la sede pontificia, Roma, en una de las tres ciudades con el beneplácito papal necesario que le permitía excluir tan estricta norma.
La razón por la que les fue a los molineses permitida la celebración de lo que supone su pequeña nochebuenta inmaculista hay que buscarla en la devoción que ya los del señorío le tenían al dogma de la Inmaculada Concepción de María, incluso más de tres siglos antes de ser este promulgado.
Tal devoción se cristalizó en una petición del pueblo al Cabildo molinés para que este grupo eclesial de sacerdotes elevara a instancias superiores la petición del pueblo a fin de que se permitiera celebrar en Molina una conmemoración especial con motivo de la Inmaculada.
La alta curia romana no hizo oídos sordos a la solicitud del cabildo de Molina de Aragón por lo que, el 18 de febrero de 1518, el papa León X firmaba la bula “In nocte ante festum”, que otorgaba a aquella localidad el privilegio de celebrar misa nocturna solicitada.
Desde entonces, la tradición y la devoción se han mantenido e incluso han ido a más, hasta el punto de convertirse esta fiesta en una de las más representativas de la capital del señorío.
Una exposición conmemorativa
Para celebrar la pervivencia de esta fiesta surgida hace tanto tiempo de la devoción y el empeño de los molineses, es para lo que las parroquias de Molina, la Comisión V Centenario de la Bula y el obispado de Sigüenza–Guadalajara han organizado la exposición que lleva el nombre de la bula.
La muestra, inaugurada por el obispo de Sigüenza, monseñor Atilano Rodríguez, el día en que se cumplía la onomástica del otorgamiento, es un recorrido por la historia litúrgica de Molina de Aragón y su entorno en el que se pueden admirar magníficos fondos cedidos para la exposición por diversas instituciones diocesanas.
El Museo y Archivo diocesano de Sigüenza, las monjas Clarisas y monjas Ursulinas de Molina o el Santuario de Nuestra Señora de la Hoz son algunas de estas entidades colaboradoras de la exposición, en cuya organización también han participado tanto el ayuntamiento de la ciudad como Ibercaja, a través de su obra social y cultural
Por su parte, el Archivo Histórico de San Gil, dependiente del cabildo molinés, ha aportado la que es sin duda pieza clave de la muestra: la bula propiamente dicha.
Como resultado de estas colaboraciones, tallas barrocas de gran valor, escapularios, documentación variada, misales, breviarios de hace siglos e incluso la propia bula, son algunas de las piezas que se pueden admirar en la molinesa iglesia de San Pedro, donde se exhiben en diferentes espacios dispuestos de manera temática.
La celebración de la Inmaculada en Molina de Aragón
Tan magnífica exposición es, no obstante, tan solo un reflejo de la devoción que los molineses tienen al dogma de la Inmaculada Concepción de María, que comienzan a celebrar en la tarde de cada 7 de diciembre, cuando se reúnen al calor de una gran hoguera y en torno al monumento erigido en el año 1954 con motivo del centenario de la proclamación del dogma inmaculista.
Allí los molineses festejan en la fría noche tras lo que acuden a sus casas, tal y como volverán a hacer en la nochebuena, para cenar y asistir con posterioridad a la misa del Gallo que León X les permitió celebrar hace ya 500 años.
Los actos litúrgicos y festivos continúan al día siguiente con la celebración de la fiesta de la Inmaculada, en una jornada que bien recuerda a la celebración de la propia Navidad.
Exposición “In nocte ante festum”
Iglesia de San Pedro. Plaza de San Pedro, 1. Molina de Aragón
Apertura: 18 febrero 2018. Conclusión: diciembre 2018
Horario de visitas:
Sábados: de 11.30h a 13.30h y de 16.30h a 19.00h.
Domingos: de 11.30h a 13.30h.
De junio a septiembre: de jueves a domingo de 11.30h a 13.30h y de 16.30h a 19.00h.
Información y reservas 669 266 391
Idea original y guion: Eugenio Abad Vega
Datos históricos: Sergio Ribalda Vicente
Selección de piezas: Sergio Ribalda, Miguel Ángel Ortega y Eugenio Abad
Montaje: Sergio Ribalda y Eugenio Abad