La imagen de este sábado 14 de octubre de 2017 es una bellísima flor, la del cerezo, algo que no tendría que llamar la atención si no fuera porque la floración de este frutal tiene lugar en el centro de España entre los meses de febrero y marzo de cada año, no a mediados de octubre.
Es un síntoma más de la anormalidad meteorológica que estamos viviendo este otoño en todo el país, especialmente en las provincias de interior, como Guadalajara, donde a las altas temperaturas que marcan estos días los termómetros, entre 26 y 30º a media tarde, se suma una preocupante escasez de lluvias que ya ha provocado la declaración de prealerta por sequía en los embalses que abastecen de agua a cerca de medio millón de vecinos del Corredor del Henares.
Cuando el cerezo debería estar desprendiéndose de su manto verde para comenzar a disfrutar de un merecido descanso de seis meses, confundido, vuelve a cargarse de savia en un vano intento de repetir el ciclo de la vida para el que está programado desde hace millones de años y que se truncará con la primera helada otoñal que está por llegar.
La imagen, preciosa. Su significado, preocupante…