Mariano Barbacid es uno de los investigadores españoles más conocidos no solo en su propio país, sino en todo el mundo. Profesor AXA-CNIO de Oncología Molecular y director del Grupo de Oncología Experimental del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, estudió Ciencias Químicas en la Universidad Complutense, doctorándose en 1974 tras realizar su tesis doctoral en el Instituto de Biología Celular del CSIC.
Entrevista de Roberto Mangas y Ángela Hornero
Entre 1974 y 1977 completó su formación postdoctoral en el Instituto del Cáncer (NCI) de Estados Unidos. En 1978 formó su propio grupo de investigación en el NCI donde trabajó hasta 1988. Durante la siguiente década (1988-1998) fue Vicepresidente de Oncología Preclínica de la multinacional Bristol-Myers Squibb.
En 1998 regresó a España para fundar y dirigir el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), dirección que dejó en 2011 para centrarse exclusivamente en sus líneas de investigación.
Cuenta con innumerables reconocimientos por su labor investigadora: Miembro Extranjero de la Academia de Ciencias de los EEUU, un honor que tan solo ostentan otros siete investigadores españoles; Fellow de la Academia de la Asociación Americana de Investigación en Cáncer (AACR), el primer español en recibir esta distinción; Medalla Burkitt (Irlanda, 2017); la Medalla de Honor de la Agencia Internacional del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (Francia, 2007); el premio Charles Rodolphe Brupbacher (Suiza 2005); Medalla Echegaray (España, 2020), Premio Fulbright (España, 2018)… y un largo etcétera.
Hasta la fecha, el Dr. Barbacid ha publicado un total de 321 publicaciones científicas que incluyen 238 artículos originales y 34 revisiones invitadas en revistas científicas con índice de impacto, así como 47 publicaciones en capítulos de libros. Según Google Scholar, estos trabajos han recibido hasta la fecha más de 72.400 citas.
Hemos querido conocerlo más de cerca y hemos hablado con él.
PREGUNTA: ¿En qué situación se encuentra actualmente la investigación contra el cáncer, en general, en España? ¿Cuenta con suficiente apoyo económico público o son los laboratorios privados quiénes más invierten en ello?
MARIANO BARBACID: En primer lugar, habría que distinguir entre la investigación preclínica o básica y la investigación clínica. Esta última está bien financiada a través de los ensayos clínicos, si bien los investigadores clínicos se quejan de que este tipo de financiación les obliga a que la mayor parte de sus investigaciones vengan dictadas por la industria farmacéutica. Lo cual, tampoco es tan sorprendente ya que la mayor parte de los nuevos fármacos proviene de las grandes multinacionales farmacéuticas
Respecto a la financiación de la investigación básica o preclínica, en España no hay una financiación especifica para cáncer por lo que no es posible saber cuanto se invierte en esta área. Pero dado los preocupantes niveles de la investigación básica en general, podemos deducir con poco margen de error que es muy deficitaria.
PREGUNTA: Durante su estancia en EEUU, realizó numerosas investigaciones sobre el cáncer. En 1981, siendo Ud. muy joven, trabajó para encontrar la base molecular y poder aislar un gen oncogénico en un tumor humano. ¿Cuánto tiempo lleva luego trasladar esas investigaciones a los hospitales para tratar a los pacientes oncológicos?
MARIANO BARBACID: En primer lugar, dejar claro que nuestros descubrimientos no tuvieron un impacto inmediato en el tratamiento del cáncer. De hecho, el primer fármaco contra el oncogén KRASm ha sido aprobado este mismo año, es decir casi 40 años después de nuestro descubrimiento. Y, aun así, este fármaco es solo efectivo contra una de las muchas mutaciones capaces de activar este oncogén. Este también ha sido el caso de otro oncogén, denominado TRK, que también descubrimos en 1982 y que fue el primer oncogén distinto de los oncogenes RAS. Es este caso, el primer fármaco contra este oncogén fue aprobado en 2018. Es decir, en la mayor parte de las ocasiones, suele transcurrir bastante tiempo desde que se produce un descubrimiento básico hasta que este descubrimiento puede redundar en un beneficio clínico.
PREGUNTA: Uno de sus muchos estudios en el CNIO, con apoyo financiero de la Asociación Española de Lucha Contra el Cáncer, AECC, busca la regresión completa de los adenocarcinomas ductales pancreáticos avanzados. ¿Qué resultados está obteniendo? ¿Es posible que podamos hablar de que algún día este tipo de cáncer, tan letal, tenga tratamiento?
MARIANO BARBACID: Si me permite, y en aras al rigor científico, indicar que los resultados a los que se refiere tuvieron lugar en tumores experimentales en ratones y que además solo la mitad de los tumores respondieron a nuestra estrategia terapéutica consistente en eliminar dos dianas, RAF1 y EGFR. Desgraciadamente, la mayor complejidad de los tumores humanos hará que este porcentaje sea muy inferior en pacientes por lo que es esencial que sigamos tratando de identificar dianas adicionando las dianas ya mencionadas mediante manipulación genética. Es decir, para poder aplicar estos resultados en pacientes, necesitaríamos disponer de fármacos selectivos contra estas dianas. Si bien es verdad que ya existen buenos inhibidores del EGFR, todavía no hay ningún inhibidor contra RAF1. Dado que la media del tiempo transcurrido desde que se identifica una diana hasta que se puede aprobar un fármaco es de unos de diez años, aún nos queda bastante tiempo hasta que nuestros resultados puedan ser llevados a la práctica clínica.
“Potenciar la investigación es competencia de los poderes públicos”
PREGUNTA: ¿Cuáles serían las principales herramientas con las que luchar contra el cáncer… más financiación público-privada, más concienciación, mejores hábitos alimenticios o personales (como evitar el sol sin protección, por ejemplo)…?
MARIANO BARBACID: Todo ayudaría. La sociedad ayudaría, o mejor dicho, se ayudaría a sí misma aumentando la concienciación sobre la importancia de disminuir los factores de riesgo. Pero al mismo tiempo, sin investigación no será posible mejorar el futuro. Y potenciar la investigación es competencia de los poderes públicos. Un gobierno que no crea en el valor de la investigación para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, no puede considerarse un buen gobierno. También es importante que la sociedad, al menos en los países del primer mundo, impulse la investigación a través de programas filantrópicos. Como decía al principio, todos, de una forma u otra, tenemos la obligación de ayudar a luchar contra el cáncer, cada uno dentro de sus posibilidades.
PREGUNTA: El diagnóstico de cáncer, no hace muchos años, significaba o era casi sinónimo de cuenta atrás. Ahora, son numerosos los tipos de cáncer que, detectados a tiempo, se curan o se mantienen controlados. ¿Qué perspectivas hay a corto o medio plazo de conseguir el control sobre la gran mayoría de patologías oncológicas?
MARIANO BARBACID: Al haber más de cien tipos distintos de cáncer es difícil contestar a esta pregunta. Por un lado, están los tumores endocrinos, como mama o próstata, en los que la supervivencia a 5 años está por encima del 90%. En el otro extremo, nos encontramos con el cáncer ductal de páncreas y el glioblastoma multiforme con supervivencias inferiores al 5%. Entre estos dos extremos se pueden encontrar toda una gama de niveles de supervivencia.
Además, y como usted muy bien dice, en el tratamiento de los distintos tipos de cánceres hay que tener en cuenta el estadio en el que se ha detectado el tumor Cuanto mas avanzado esté el tumor cuando se detecta, menos posibilidades de supervivencia independientemente del tipo de tumor. Le pongo un ejemplo extremo. Un paciente con un cáncer de próstata, pero una metástasis a hueso muy extendida puede tener una supervivencia peor que otro paciente un cáncer de páncreas siempre que se haya podido detectar de forma temprana y esté muy localizado.
Habiendo dicho esto, y según las estadísticas de los EEUU, el cáncer cuya incidencia esta descendiendo muy significativamente es el cáncer de pulmón gracias a la disminución del habito de fumar que esta teniendo lugar en las sociedades mas avanzadas
PREGUNTA: ¿Existen factores que aumenten las probabilidades de desarrollar algún tipo de cáncer o tiene mayoritariamente origen genético?
MARIANO BARBACID: Todos los tumores tienen su origen en mutaciones. En un porcentaje muy pequeño, estas mutaciones las podemos heredar de nuestros padres, pero en la gran mayoría de los casos, estas mutaciones se producen de forma somática, es decir durante nuestra vida al ir acumulando errores ya sea de forma natural durante la división de nuestras células, ya sea por estar expuestos a factores de riesgo como son las mutaciones causadas por los agentes carcinogénicos presentes en el tabaco.
PREGUNTA: Entonces, ¿se producen más enfermedades oncológicas en la actualidad por nuestro tipo de vida (alimentación, estrés, contaminación, etc) o es debido a que, como algunos apuntan, una mayor esperanza de vida supone más posibilidades de sufrir esta enfermedad?
MARIANO BARBACID: Evidentemente es lo segundo. Los tumores se desarrollan por la acumulación de mutaciones y es lógico que a medida que aumenta nuestra esperanza de vida aumenta el riesgo de acumular mutaciones y por lo tanto de padecer cáncer.
«Si desaparecieran las patentes, nos quedaríamos sin nuevos fármacos«
PREGUNTA: Estamos asistiendo al debate mundial sobre las patentes de las vacunas contra la COVID, con argumentos a favor y en contra. A favor, quienes dicen que un remedio así contra esta pandemia mundial no puede estar en manos de empresas privadas, sino de los gobiernos; en contra, quienes señalan que las empresas privadas, esto es, los laboratorios, han invertido mucho dinero y que si se les expropian las patentes en el futuro no se producirían cierto tipo de investigaciones desde la actividad privada. Ud que ha desarrollado su vida laboral tanto en laboratorios privados como en centros públicos, ¿qué opinión tiene en este debate?
MARIANO BARBACID: Para mí en realidad no hay debate. Si desaparecieran las patentes, nos quedaríamos sin nuevos fármacos. Lo que tienen que hacer los gobiernos, ya que no invierten en el desarrollo de fármacos, es negociar con las empresas farmacéuticas para que puedan licenciar las patentes a precios razonables o incluso gratis en ocasiones de emergencia como la planteada por la Covid, pero nunca quitarles las patentes. Recordemos que sin patentes que protejan la inversión, no habrá más medicinas.
PREGUNTA: Y hablando de debates… y de medios de comunicación, ¿Ud cree que por estos últimos se da un correcto tratamiento a las informaciones sobre el cáncer? Lo decimos porque los bulos sanitarios en redes sociales no solo no cesan, sino que se incrementan y cada vez son más seguidos. ¿Es quizá porque no se da la suficiente información seria y rigurosa en los medios tradicionales por lo que muchas personas se dejan llevar por los bulos de las redes sociales, o Ud piensa que sí se cubre el campo de la salud por la prensa tradicional?
MARIANO BARBACID: Esto es complicado y no creo haya una solución fácil. Durante la pandemia hemos oído cosas tremendas que parece mentira hayan calado en parte de la sociedad. Creo que es responsabilidad de cada uno buscar las fuentes mas fiables y desde luego con nuestro sistema nacional de salud no van a falta oportunidades para estar bien informado. Esto no quita para que siempre haya personas dispuestas a airear bulos conspiranoicos.
“Nuestro sistema de salud tiene muchas carencias”
PREGUNTA: Durante la pandemia hemos escuchado quejas y denuncias de pacientes y familiares que aseguraban que se habían retrasado diagnósticos oncológicos por la falta de consultas presenciales en muchos hospitales durante los picos altos de la pandemia, especialmente de marzo a junio de 2020. ¿Estábamos preparados como sistema sanitario para algo así? ¿No había forma de conjugar la atención a los pacientes de COVID con el mantenimiento de las consultas presenciales a pacientes oncológicos o que pudieran serlo?
MARIANO BARBACID: Yo un investigador básico, pero sí he oído muchas quejas de mis colegas clínicos sobre los retrasos en el diagnostico y el tratamiento de pacientes oncológicos. Esto ha supuesto un grave problema para muchos pacientes y ha sido muy grave porque, como ya hemos comentado, un tumor detectado a tiempo puede salvarle la vida al paciente, y viceversa. La Covid ha demostrado que nuestro sistema de salud tiene muchas carencias, tanto en el numero de personal sanitario como en algunas de sus infraestructuras
PREGUNTA: Terminamos. La provincia como Guadalajara cuenta con dos centrales nucleares, Trillo y Zorita de los Canes, aunque esta última cerrada en 2006 tras 40 años de funcionamiento. ¿Tiene conocimiento de que se haya realizado algún estudio específico sobre ‘poblaciones y cáncer’ en las áreas de influencia de este tipo de instalaciones.
MARIANO BARBACID: No es mi especialidad y no me atrevería a hacer ningún comentario al respecto. Sí que me consta que se han hecho múltiples estudios sobre el accidente de Chernóbil y las principales conclusiones es que los efectos, más allá de las zonas mas cercanas al accidente, como han sido Bielorrusia y Suecia, han sido menores a lo previsto, o incluso nulas. Pero evidentemente no me puedo pronunciar a titulo personal y sugiero que aquellos que estén interesados se informen de las distintas fuentes que han estudiado, tanto este, como otros accidentes ocurridos en plantas nucleares.
Entrevista publicada en la Revista Médica El Carmen