Ahora que estamos en pleno verano es un momento ideal para llevar tu coche a revisión. Las altas temperaturas suelen ser habituales en esta época del año, y afectan de manera determinante al rendimiento de varios de sus elementos. Sobre todo si tienes planeado hacer un viaje largo por carretera, te recomendamos que te pongas en manos de profesionales para descartar posibles averías, que podrían llegar a jugarte una mala pasada hasta el punto de estropear tus vacaciones.
Organismos oficiales como la Dirección General de Tráfico, asociaciones de fabricantes y otros expertos del sector de la automoción recomiendan llevar un mantenimiento exhaustivo del vehículo y cumplir con los plazos naturales.
Elementos a inspeccionar durante la revisión de tu vehículo
Las averías graves se producen como consecuencia de la dejadez en este sentido. Al pasar por esta revisión rutinaria tal vez te veas obligado a sustituir algunas piezas, pero siempre será mejor que tener que realizar un desembolso elevado para arreglar un fallo de grandes magnitudes. Si te ves en esta tesitura, aquí encontrarás cualquier recambio que necesites.
Los elementos que se deben inspeccionar en estos casos son los siguientes:
-Niveles. En cada revisión que hagas a tu coche te sugerimos que hagas un cambio de aceite y también los filtros. También es necesario comprobar el líquido de frenos, el agua del limpiaparabrisas, etcétera.
-Batería y sistema de encendido. Muchas casas oficiales, como BMW, aconsejan comprobar su estado de manera rutinaria. Asegúrate de que está cargada y que el coche arranca con normalidad.
-Correa de distribución. La mayoría de fabricantes insisten en que debe cambiarse después de los 20.000 kilómetros. En cualquier caso, nunca superes los 90.000 sin sustituir esta pieza.
-Filtros. Cambiar los filtros de combustible, los del aire acondicionado y el polen es igualmente importante para alargar la vida útil de un vehículo. Conviene hacerlo aproximadamente cada 30.000 kilómetros.
-Radiador y circuito de refrigeración. Siempre que se abre es aconsejable realizar una purga. Son elementos que pueden generar averías más importantes si no se encuentran en perfecto estado.
-Luces. Comprueba que no hay ninguna bombilla fundida, que la intensidad y la orientación son las adecuadas, y que todo funciona correctamente. De no ser así, tu coche no podría salir a carretera a circular.
-Amortiguadores y suspensión. Son elementos que inciden en una conducción confortable y segura, así que revisa que estén en buen estado y cámbialos cada 60.000 kilómetros.
-Frenos. Forman parte del triángulo de seguridad, así que asegúrate de que no están deteriorados.
-Neumáticos. Comprueba que el desgaste sea regular, que la profundidad del dibujo esté entre los límites legales, que la presión sea la adecuada y que no presenten anomalías como pinchazos o abultamientos.
Si cumples paso a paso con estas recomendaciones, ganarás en seguridad y tranquilidad y tu coche estará siempre en perfecto estado de revista.