España estuvo en la noche del miércoles 22 de mayo al borde del apagón eléctrico generalizado por falta de energía. Según ha informado el diario elEcolomista.es, Red Eléctrica tuvo que interrumpir el suministro eléctrico a la gran industria para poder equilibrar el sistema.
Según este diario, la compañía informó en su propia web que el operador desconectó a las 21.14 horas un total de 609 MW, es decir, la capacidad máxima del llamado Sistema de Respuesta Activa de la Demanda, el SRAD, para poder seguir garantizando el suministro a los hogares.
Según fuentes consultadas por este diario, la decisión de aplicar el corte de suministro eléctrico a la industria se produjo por la coincidencia de varios hechos. Por un lado, una menor producción eólica con una desviación de 1.800 MW y una falta de reserva de hidráulica para su despacho.
A esta situación se sumó la parada de dos centrales nucleares que permanecen fuera del sistema por la fuerte caída de precios del mercado mayorista de electricidad y que la central nuclear Ascó I (Tarragona) notificó una parada no programada a las 20.58 horas. Esta situación provocó que la energía terciaria disponible fuera menor de los 1.000 MW, insuficiente para soportar el fallo de un grupo nuclear.
La respuesta, indican las fuentes consultadas, fue muy rápida y en pocos minutos se logró bajar entre 900 y 1.000 MW, según elEconomista.es.
El director general de Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía, Pedro González, explicó a elEconomista.es que la totalidad de las compañías industriales que entraron en el sistema SRAD cumplieron anoche los requerimientos de REE y se desconectaron, lo que facilitó que el servicio funcionase a la perfección y demuestra así su plena utilidad.
El SRAD es un mecanismo de balance previsto en la normativa vigente para garantizar el equilibrio necesario entre generación y demanda, es decir, para evitar apagones. Puede aplicarse en aquellas situaciones puntuales en las que se identifique que el sistema no cuenta con recursos suficientes para mantener el nivel adecuado de reserva del sistema, como sucedió ayer, y supone que las industrias se comprometen a reducir su consumo con una duración máxima de 3 horas al día por proveedor y con un preaviso de al menos 15 minutos.
Según Red Eléctrica, «la continuidad del suministro no se vio en ningún momento comprometida, siendo el objetivo de la orden de activación -que se aplicó durante aproximadamente tres horas, que establece la normativa- garantizar los niveles de reserva establecidos en los procedimientos de operación en respuesta a una situación puntual en la que se vieron reducidos los recursos disponibles en el sistema«.
El ministerio de Transición Ecológica y Red Eléctrica ha señalado que la energía de la industria se utilizó para mantener el nivel de reserva y han descartado el riesgo de un apagón.