El pasado mes de septiembre, aprovechando la época de berrea, cuando los grandes machos están más expuestos, se habrían producido diferentes episodios de furtivismo en un coto cinegético de la localidad de Alustante (Guadalajara).
Concretamente, habrían aparecido cuatro ciervos y un gamo abatidos ilegalmente por la noche, sin autorización del titular del coto y cuyas cabezas habían sido cercenadas para trofeos, según han informado fuentes de la Guardia Civil de Guadalajara en un comunicado.
La Patrulla del Servicio para la Protección de la Naturaleza, SEPRONA, de la Guardia Civil de Orea, comenzó entonces una serie de diferentes actuaciones que han llevado finalmente a la investigación de dos personas como supuestos autores de un delito de caza ilegal y otro de falsificación de precintos oficiales para la caza.
Además de estos dos investigados, la Guardia Civil ha constatado numerosas infracciones administrativas acaecidas en un local de taxidermia de la provincia.
Molares y diferentes partes de ciervos abatidos remitidos para su cotejo de ADN
Como parte fundamental de la investigación llevada a cabo por el SEPRONA, los agentes procedieron a la extracción de diferentes partes de las piezas abatidas para su posterior remisión al laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil en Madrid, donde se llevó a cabo su cotejo de ADN, cuyos resultados positivos, han servido para fundamentar la investigación.
Por otra parte, como resultado de las actuaciones, un establecimiento de taxidermia, donde se remitían cabezas de piezas abatidas, ha sido inspeccionado por los agentes, que han encontrado numerosas infracciones adeministrativas en su proceder, por lo que también ha sido propuesto para sanción.
La investigación ha puesto de manifiesto las relaciones que existían entre el propietario de la taxidermia y los investigados y las malas prácticas que allí se llevaban a cabo en relación a la documentación de los trofeos.
Las consecuencias que lleva aparejada la caza ilegal
La provincia de Guadalajara presenta unas inmejorables condiciones para la práctica de la actividad cinegética, sin embargo esta, no siempre se lleva a cabo siguiendo las especificaciones reglamentarias.
Las conductas de furtivismo están tipificadas en los articulos 334 y 335 del Código Penal y pueden llevar aparejadas penas de prisión de seis meses a dos años, retirada de la licencia de caza de dos a cinco años, revocación de los permisos de armas, el pago de los daños causados y el decomiso de los trofeos, además de las infracciones contempladas en la legislación de caza de Castilla La Mancha que contempla sanciones de hasta 60.000 euros.